Después de haber dijo que se sentía "orgullosa" del diputado y precandidato de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias, quien vinculó a la actriz Florencia Peña con "fiestas sexuales" en la residencia de Olivos por haber ido a una reunión con otros actores y empresarios para hablar con Alberto Fernández de la situación del rubro, María Eugenia Vidal se vio obligada a recapacitar y sostuvo que "como mujer" no puede "acompañar esa manera de expresarse". A juzgar por su cuenta de Tuiter, Iglesias se enojó.
Sin nombrar a la candidata, agredeció el apoyo de dos ex ministros de Cultura de Mauricio Macri: Darío Lopérfido y Pablo Avelluto.
Avelluto posteó lo siguiente: "La policía del lenguaje es uno de los mayores horrores del presente. Sus patrullas exasperadas denunciando lo que dijo tal o cual en nombre de la moral y la corrección política son más caza de brujas que democracia. Mi solidaridad con dos amigos: @WolffWaldo y @FerIglesias".
Y Darío Lopérfido salió a "bancarlo" con otro tuit en el que adjunta la declaración en la que Vidal dice que como mujer no puede acompañar esos dichos con el siguiente agregado: "Estoy de acuerdo, Pablo. Aquí un ejemplo. Abrazo!".
Vidal buscó generar una solución repudiando la misoginia de Iglesias cuando se volvió insostenible la defensa de los "valores" del precandidato: La diputada Gabriela Cerruti presentó un pedido de expulsión del diputado de la Cámara baja y durante el martes el escándalo fue creciendo de manera exponencial.
Pero ahora se granjeó el enojo de Iglesias, que aunque no lo hace explícito, delata su malestar con que lo haya criticado cuando agradece los posteos de dos exfuncionarios macristas que a la vez dejaron bien clara su misoginia.