La Organización Mundial de la Salud (OMS) salió al cruce de la decisión tomada, por el momento, por Israel y Alemania respecto de inciar una nueva etapa del plan de vacunación contra la Covid-19 con una tecera dosis, con el objetivo de disminuir la nueva ola de contagios generada por la variante Delta. La OMS solicitó a los países de mayores ingresos que eviten dar una tercera dosis y demoren la vacunación en la población adolescente, sin comorbilidades, para permitir que se avance con la campaña en inmunización en otras partes del mundo.
"Entendemos la preocupación de los gobiernos de proteger a sus poblaciones de la variante Delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más", sentenció el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. El titular del organismo sanitario se refirió así a la persistente desigualdad mundial en el acceso a la vacunación: el 80% de las 4.000 millones de dosis aplicadas fueron administradas en países ricos o de medianos ingresos.
El país que dio el primer paso en este nuevo método de inmunización fue Israel, que ya comenzó a aplicar una tercera dosis de la vacuna Pfizer, con la veñia del laboratorio estadounidese, pero sin la autorización de los entes reguladores más reconocidos como la Agencia Europea de Medicamentos y la FDA de Estados Unidos. Tras la decisión israelí --el país que más avanzó en el plan de vacunación--, Alemania anunció que seguiría el mismo camino en septiembre y el Reino Unido analiza hacerlo para la misma época.
Médicos Sin Fronteras fue una de las organizaciones de profesionales de la salud que salió a posicionarse fuertemente contra la decisión, al igual que la OMS. El objetivo que persigue el organismo comandado por Adhanom Ghebreyesus es que el stock de vacunas disponibles sea donado o, al menos, está disponible para lograr vacunar antes a un 10% de la población de mayor riesgo en todos los países.
Por ejemplo, la Argentina ya cuenta con más del 70% de sus mayores de 18 años con, al menos, una dosis. Y esta tarde, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, junto a sus pares provinciales Nicolás Kreplak (Buenos Aires) y Fernán Quirós (Ciudade de Buenos Aires), anunció la combinación de vacunas para completar los esquemas de inmunización con segundas dosis. Los países de la región donde se está pensando aplicar una tercar dosis son Chile y Uruguay, donde se aplicó la fórmula de Sinovac.
El objetivo del 10% de inmunizados en todo el mundo
Mientras que Europa tiene vacunada a más de la mitad de su población y Estados Unidos a cerca de un 70%, solo un 2% de los habitantes de África tiene la pauta de vacunación completa y apenas un 5% ha recibido una dosis. En el contintente africano las muertes por la variante Delta se incrementaron en un 89% en los últimos 28 días.
"Se precisa de la cooperación de todos, especialmente de las compañías y del puñado de países que controlan el suministro mundial de vacunas", apuntó el titular de la OMS para alcanzar el objetivo de vacunar, al menos, al 10% de la población de todos los países.
"Para los países que están contemplando aplicar una tercera dosis, el mensaje que les queremos transmitir es que necesitamos centrarnos en las personas que son más vulnerables y que están en mayor riesgo de contraer una enfermedad severa", reforzó la responsable del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O'Brien.
"Hay que decidir desde una perspectiva global y considerando que la prioridad deben tenerla los grupos de mayor riesgo: personal sanitario, personas mayores de 60 años y personas que padezcan enfermedades crónicas", agregó el responsable por la OMS del programa Covax, Bruce Aylward.
La respuesta de Estados Unidos
El primer país que acusó recibo del reclamo de la OMS fue Estados Unidos. La potencia global --que había prometido dar el debate de la liberación de patentes en la OMC-- rechazó la idea de demorar la aplicación de una tercera dosis y respondió que puede "hacer ambas cosas", administrar nuevas dosis a sus habitantes y donar vacunas a los países más pobres.
Estados Unidos cuenta con tres laboratorios que producen fórmulas contra la Covid-19: Pfizer, Moderna y Jhonson&Jhonson. La industria recibió respaldo y beneficios económicos para avanzar rápidamente en la producción de la vacuna desde la gestión de Donaldo Trump.
"Creemos que podemos hacer ambas cosas (donar vacunas y reservarnos dosis), y que no tenemos que tomar esa decisión", dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki y añadió: "Tendremos los suministros suficientes para asegurar que, si la FDA decide que se recomienda una dosis de refuerzo para una parte de la población (ya vacunada con la pauta completa), podemos proporcionarlas también".
Por el momento, la FDA no recomendó la aplicación de una tercera dosis de las vacunas contra el coronavirus. Pero Psaki aseguró que Estados Unidos seguirá donando vacunas a otros países con menos recursos y subrayó que ya lo hizo como "ninguna otra nación del mundo", con más de 110 millones de unidades donadas a 65 países.