Un jubilado de 94 años que tiene en su domicilio un tanque Panzer de la Segunda Guerra y un cañón antiaéreo de 88 mm., fue multado con 250 mil euros y recibió una condena de prisión en suspenso de catorce meses. Es por haber violado la Ley de Control de Armas de Guerra. Ahora tiene dos años para vender el material.
Se trata de Klaus-Dieter Flick, un agente inmobiliario de 94 años, que alega que compró el tanque como chatarra en 1977 en Gran Bretaña y que debió abonar otros 35 mil dólares al ejército alemán para reparar el motor. El tanque y el cañón los conservó en un búnker debajo de su caso, en la ciudad de Heikindorf, al norte de Alemania.
No solamente hay material bélico de la mayor conflagración de la historia. El búnker es un auténtico arsenal, con setenta rifles de asalto, más de dos mil cartuchos de distintas municiones, un mortero y un torpedo. Más uniformes de las SS y souvenirs del nazismo, por los cuales no fue acusado, pese a la que la ley prohibe en Alemania la exhibición de símbolos del nazismo, salvo que sea por razones educativas o históricas.
El material salió a la luz pública en 2015 cuando la policía llegó a la casa de Flick para comprobar si, como se había denunciado, había esculturas de bronce de los años del Tercer Reich. Lo que se encontraron sobrepasó todas sus previsiones. El juez obligó que el tanque fuera sacado de la casa de Flick. Hicieron falta veinte soldados del ejército alemán, dos vehículos de transporte y nueve horas para poder sacar de la casa el armatoste de 44 toneladas, dos metros de ancho y cinco de largo. Respecto de una venta, ya ha habido oferentes. Un coleccionista privado alemán manifestó su interés por el cañón, mientras que el Panzer podría terminar en un museo de Seattle, Estados Unidos.