El fiscal Sergio Cáceres Olivera solicitó 10 años de prisión para Noemí Alvarado (84), la docente acusada de corrupción de menores y partícipe necesaria del abuso de dos niñas perpetrado en el Chaco en los años '80 por su esposo, el exdiputado ya fallecido Daniel Pacce, en lo que se constituye como el caso de violencia sexual más antiguo en llegar a juicio. "Este no es un juicio más, es un juicio reparador por el caso de abuso sexual más antiguo del país, es caso que evidencia claramente qué significa el respeto de los tiempos de las víctimas", dijo el fiscal en una de las últimas audiencias del juicio que se desarrolla en la Cámara Tercera del Crimen ante el tribunal que integran Ernesto Azcona, Virginia Ise y Natalia Kuray.
En el marco de las 16 jornadas del debate que comenzó a fines de mayo, un total de 25 testigos brindaron su declaración. Durante su alegato trasmitido en vivo por las redes del Poder Judicial, Cáceres Olivera destacó la incidencia de "las circunstancias y momento histórico en que estos hechos gravísimos ocurrieron" y que imposibilitaron a las víctimas contar lo sucedido o a sus familiares hacer la denuncia.
"Los hechos comenzaron en 1979, en plena dictadura militar. Hemos escuchado durante este juicio lo difícil que era entonces denunciar un caso de abuso sexual infantil, recurrir a una comisaría o a un juez y que la investigación avanzara", dijo el fiscal de Cámara. "Más aún cuando el acusado era una persona de poder, como es el caso del político Daniel Pacce o su mujer, que era directora de un colegio", agregó.
Cáceres Olivera consideró probado que entre 1979 y 1986, cuando tenía entre 5 y 12 años, Rosalía Alvarado fue abusada de forma "crónica" por el marido de su tía Noemí Alvarado con la colaboración de ésta, en la casa que el matrimonio compartía. Y lo mismo le ocurrió a Belén Duet, la otra víctima, en 1984, cuando tenía solo tres años.
"Noemí Alvarado usaba distintos artilugios para lograr que Daniel pudiera estar a solas con ellas y abusarlas" tocando sus genitales o mostrándoles los suyos, lo que tenía lugar preferentemente en el dormitorio del matrimonio "donde estaba la caramelera y el televisor" con los que atraían a las niñas. Para el fiscal, la octogenaria mujer "llevaba a las niñas a la habitación donde las esperaba Pacce" y de donde entraba y salía mientras el hombre manoseaba a las menores; además de mantener relaciones sexuales con su marido en presencia de las niñas.
Teniendo en cuenta "la edad avanzada de la imputada", el fiscal solicitó que el cumplimiento de una eventual condena de prisión tenga lugar "en modalidad domiciliaria morigerada", porque además el principal objetivo de las víctimas es "que se sepa la verdad" y no que pase sus últimos días en una cárcel común.