El gremio lechero Atilra y las empresas del sector llegaron a un acuerdo y el Gobierno destrabará un crédito de 450 millones de pesos para SanCor. El punto central de la negociación radicó en la sensible baja del bono extraordinario que las empresas pagan por cada trabajador desde 2009 destinado al fondeo de la obra social gremial. Además, se acordó comenzar la discusión del convenio colectivo de trabajo lechero. El Gobierno dice que se trata de “modernizar” el convenio, pero el riesgo latente es que modifique a la baja las condiciones de trabajo que rigen actualmente. SanCor utilizará el dinero fresco para intentar restablecer la cadena de pago a los tamberos. De todas formas, la crisis en la empresa láctea todavía está muy lejos de encontrar una resolución definitiva.
Las febriles negociaciones de los últimos días desembocaron en un acuerdo que permitirá a corto plazo aflojar la tensión. El Gobierno ofrecerá asistencia financiera por 450 millones de pesos a SanCor a través del fideicomiso Fondear. La promesa oficial es que el primer desembolso se realice a la brevedad. Apenas obtenga el dinero, SanCor pagará algo de la deuda que mantiene con los tamberos para poder reactivar las compras y la producción. Más allá del alivio, no constituye una solución de fondo para SanCor. La empresa láctea perdió mucho mercado en estos meses, se deterioró su relación con todo tipo de proveedores y sigue estando muy endeudada.
En los últimos días, el Gobierno redobló la presión sobre el gremio como prenda de negociación para liberar la plata. Esa estrategia surtió efecto. En primer lugar, se derogó el aporte patronal extraordinario creado en 2009 que las empresas lecheras pagaban por cada empleado un porcentual del salario que superaba en la actualidad los 3500 pesos. Esa plata era absorbida por el gremio para financiar la obra social. A cambio, se acordó un aporte mensual como monto fijo de 750 pesos por empleado para las empresas de hasta 70 trabajadores y de 1500 pesos por mes para las firmas con más de 70 empleados. El monto fijo está destinado a licuarse al compás de la inflación y a medida que avancen las negociaciones paritarias. En el caso de SanCor, es probable que haya unos meses de gracia durante los cuales el gremio no le exija el cobro del bono. Además, se condonan los montos adeudados al sindicato por dicho concepto para las lecheras de hasta 70 trabajadores y a cambio las compañías del sector se comprometen a desistir de las acciones judiciales iniciadas contra el gremio para procurar evitar el pago de ese bono. Sólo SanCor debe al gremio 140 millones de pesos en concepto del bono extraordinario y el sector en su totalidad tiene un pasivo que ascendería a los 800 millones.
El Gobierno y las empresas nucleadas en el Centro de la Industria Lechera (CIL) y Apymel lograron introducir otro punto nodal en la negociación que puede tener trascendencia estructural para el sector. En el acuerdo firmado ayer en el Ministerio de Trabajo, al que tuvo acceso PáginaI12, se estableció un plazo de 30 días para comenzar la renegociación del convenio colectivo de trabajo lechero firmado en 1988. “Se establecen los siguientes puntos centrales del nuevo convenio colectivo, los que deberán ser abordados necesariamente: Régimen de licencias por mudanza, Régimen de licencia por matrimonio, Régimen de horas extraordinarias, Régimen de accidentes y enfermedades inculpables, Régimen de presentismo y asistencia, Régimen escalafonario por renuncia, Régimen de trabajo por turnos, Actualización de categorías, Régimen de promociones, Polifuncionalidad / multitareas o polivalencia, Coberturas de puestos de trabajo y Promociones por reemplazo”, detalla el texto del acuerdo los puntos a negociar.
Desde Atilra restaron importancia al compromiso de rediscutir el convenio, mientras que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, dijo que “se trata de adecuarse a tiempos nuevos. No se trata de abolir conquistas sino de adecuarlas a la situación”. Sin embargo, el funcionario admitió que “el problema que hay con los tamberos también existe en relación a la rentabilidad de la industria”. Es difícil pensar cómo puede mejorar la rentabilidad empresaria sin achicar conquistas del trabajo.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, dijo que “con el aporte de 450 millones de pesos por parte del Gobierno nacional SanCor sale de terapia intensiva. Ahora hay que ver con atención lo que hace la empresa para recuperar la normalidad y resolver los problemas estructurales. Es probable que SanCor necesite menos plantas pero lo que no queremos es padecer costos sociales”. Hasta ahora, Sancor anunció que cerraría las plantas de las localidades de Centeno, Pringles, Brinkmann y Coronel Moldes. “Si cierra Sancor, desaparecen esos pueblos”, resumieron desde el gremio. Con este acuerdo, Sancor consiguió un respiro, pero la crisis parece tener para largo todavía.