No hubo sorpresa argentina en el canotaje de Tokio 2020, con el santafesino Rubén Rézola y la sampedrina Brenda Rojas quedando afuera de las finales del K-1 por 200 metros masculino y el K-1 por 500 femenino este miércoles por la noche.
Rézola no pudo
En el primer turno de la jornada celebrada en el Canal Sea Forest de la capital japonesa, Rézola quedó séptimo en su serie con un tiempo de 36s552, con lo que apenas superó al lituano Mindaugas Maldonis (36s637). El kayakista radicado en la localidad de Tigre tenía que finalizar entre los cuatro primeros para meterse en la medal race, pero quedó a +1s438 del ganador de la semifinal, el húngaro Sandor Tokta, y a +0s820 del cuarto, el español Saúl Craviotto.
Rézola venía de un reloj de 35s039 en su serie eliminatoria, con lo que accedió directamente a las semifinales. Estos fueron sus terceros Juegos ya que había sido parte de Londres 2012, cuando junto al barilochense Miguel Correa logró la quinta colocación (diploma olímpico) en la final de la K-2 200, y de Río 2016, siendo 16º en el K-1 200.
De este modo, Rézola pasó a la final B de la modalidad, que se disputaba casi dos horas después con el noveno puesto como premio. Pero el santafesino volvió a ser séptimo, con un crono de 36s775, a +0s777 del líder, el francés Maxime Beaumont. Así las cosas, quedó 15º en la tabla final.
Minutos más tarde el húngaro Tokta se quedó con el oro al marcar un reloj de 35s035 en la final. El podio fue completado por el italiano Manfredi Rizza (35s080) y el británico Liam Heath (35s202).
Rojas, tampoco
Por el lado de Rojas, su séptimo lugar en la semifinal (sobre 7 competidoras) significó su despedida de Tokio 2020. La palista bonaerense, de 25 años, cerró su tarea con un tiempo de 1m58s301.
"Tomo lo hecho ayer cuando clasifiqué para esta semifinal y que hoy di todo, porque no me quiero ir amargada de estos Juegos Olímpicos que fueron fantásticos para mi. Sé que estoy compitiendo con las mejores del mundo y entonces tengo que trabajar más todavía para poder estar a su altura. Pero me voy mucho más contenta de competir en 500 metros que en 200 (estuvo cerca de acceder a semifinales también), y haberlo hecho en buena forma me hace sentir bien", analizó Rojas tras cerrar su segunda participación olímpica (en Río 2016 había alcanzado el decimotercer lugar en K-4 500).
Para meterse en la final, Rojas tenía que estar entre las dos primeras, pero se ubicó a +6s621 de la ganadora de la manga y favorita para el título, la neozelandesa Lisa Carrington, doble bicampeona olímpica en la categoría (2012 y 2016) y oro en K-1 200 y K-2 500 en esta edición, y a +5s222 de la segunda, la australiana Alyce Wood.
La oriunda de la ciudad de San Pedro, que venía de marcar 1m51s822 en cuartos y 1m54s541 en primera ronda, resultó marginada también de la final C de la modalidad, a la que accedieron la eslovena Anja Osterman (quinta) y la francesa Manon Hostens (sexta).
Y como no podía ser de otra manera, la neozelandesa Carrington revalidó sus títulos y se quedó con el oro en Tokio 2020. Fue con un reloj de 1m51s216, por delante de la húngara Tamara Csipes (1m51s855) y la danesa Emma Jorgensen (1m52s773).
Vernice, el mejor
Con Rézola y Rojas sin finales, el mejor puesto del canotaje argentino en Tokio 2020 perteneció al olavarriense Agustín Vernice, quien supo quedar octavo en la modalidad de K-1 por 1.000 metros tras haber alcanzado la medal race.