En su declaración testimonial ante el fiscal que investiga el caso, la madre de Santiago Moreno Charpentier, “Chano”, ratificó en lo esencial lo que había dicho en sus manifestaciones ante los medios de comunicación. Marina Charpentier sostuvo que su hijo “no agredió físicamente a nadie” y aclaró que ella tampoco lo vio con un cuchillo en la mano, como afirmaron otros testigos presenciales. En el mismo sentido se manifestó Oscar José Ottonello, el padrastro de Chano, quien junto con su esposa se presentaron en el despacho del fiscal Martín Zocca.
Al retirarse de la sede judicial, Marina Carpentier eludió referirse al testimonio que realizaron, cuyos términos centrales se conocieron luego a través de fuentes judiciales consultadas por Página/12. La mamá de Chano sólo se limitó a decir que estaba “conforme con la actuación de la Justicia” y dirigiéndose a los periodistas que aguardaban en la puerta de la Fiscalía, “dibujó” un corazón juntando sus manos.
La pareja prestó declaración, por separado, durante más de dos horas en la sede de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Zárate-Campana, ubicada en 25 de Mayo 936, de la primera de las dos localidades bonaerenses mencionadas. Marina Charpentier dijo también que Chano “está bien”, aunque sigue internado en el Sanatorio Otamendi, en el barrio porteño de Recoleta.
Con posterioridad, fuentes judiciales aseguraron que la mujer había asegurado ante Zocca que su hijo “no estuvo agresivo con ella, que Chano en ningún momento agredió físicamente a nadie y que ella tampoco lo vio con un cuchillo en la mano”, corriendo al oficial Facundo Nahuel Amendolara, autor del disparo que hirió de gravedad al exlíder del grupo Tan Biónica.
Trascendió también que la madre de Chano y su marido relataron ante el fiscal Zocca que la crisis sufrida por Chano que provocó el incidente, en la madrugada del lunes 26 de julio, había comenzado el viernes 23. Desde ese momento la familia había pedido ayuda médica para asistirlo en su casa del barrio privado de la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz. La tensión fue en aumento porque Chano no quería ser internado.
En su testimonio, ante preguntas del fiscal Zocca, Marina dio a entender que considera que “no era justificado” el disparo que hizo Amendolara, quien ahora está imputado por “lesiones gravísimas”-. El delito es agravado por el uso de armas, por su condición de miembro de una fuerza de seguridad. Los cargos son graves por las lesiones sufridas por Chano en un riñón, el páncreas y el bazo. La eventual condena podría ser de 3 a 15 años de cárcel.
El primero en dar su testimonio fue el padrastro de Chano, Oscar José Ottonello, quien aclaro que él no estuvo presente en el momento del disparo, ya que se encontraba fuera de la vivienda. Lo único que escuchó fue el disparo y después se enteró por el relato de su esposa. Cuando entró a la vivienda, Chano ya se encontraba herido en el piso. Para el lunes de la semana próxima está citado para prestar declaración otro de los testigos presenciales, un tío del músico, Esteban Charpentier.
Fernando Soto, el defensor de Amendolara, presenció las declaraciones de la madre y el padrastro de Chano. El abogado le confirmó a este diario los dichos centrales de los dos testimonios. De todos modos, la defensa confía en que la Justicia tome en cuenta los testimonios de los dos policías que acompañaban a su representado. Los oficiales Mariano Andrés Giacco y Vanesa Jeanette Flores, aseguraron que Chano puso en peligro la vida de su compañero y que el hoy imputado “actuó en forma correcta”. Un tercer testigo, el médico psiquiatra Gonzalo Caligiuri, quien al declarar en sede policial, sostuvo que Chano había “amenazado de muerte a todos” y que tenía en la mano un objeto que podría ser el cuchillo luego hallado en el jardín. Algunos de los testigos dijeron, en sus primeras testimoniales, que no pudieron observar con detalles lo sucedido, porque era de noche y porque la vivienda estaba en la semioscuridad, porque las luces internas estaban apagadas.
Además de las testimoniales de los testigos, que seguirán la semana próxima, en la causa faltan analizar todavía algunas pruebas importantes. Una de ellas es el peritaje balísticos sobre el arma del policía Amendolara y las prendas de vestir de Chano que fueron encontradas en la ambulancia que trasladó a Chano hasta el Otamendi, la noche en que ocurrieron los hechos.
Los peritos trabajaran sobre los elementos secuestrados. Si bien no hay dudas de que el disparo fue realizado por el oficial subayudante Amendolara, falta determinar desde qué distancia se hizo el disparo. Es un dato importante para determinar el peligro real que corría el policía al momento de accionar su arma.
El peritaje se realizará en el laboratorio de la Procuración bonaerense de Lomas de Zamora o en la ciudad de La Plata, en fecha a determinar.
El fiscal Zocca tiene la misión de tomar las declaraciones de todos los testigos presenciales, que son muchos y con versiones diversas. La inspección ocular que realizó la semana pasada en la casa de Chano le servirá para situar en la escena cada uno de los relatos, a fin de armar lo que parece un rompecabezas. El análisis profundo de las huellas en las ropas que llevaba el músico es considerado central. Las fuentes explicaron que se hará “una pericia microscópica para poder tener detalles que pueden ser importantes”.