Vaya modo de cerrar su participación en los 5.000 metros el del estadounidense -keniata de nacimiento- Paul Chelimo, quien en su pelea palmo a palmo con su excompatriota keniata Nicholas Kimeli por el tercer lugar se fue de palomita al piso al cruzar la meta en su intento desesperado intento de volcar el cuerpo para adelante.

La curiosidad sirvió de agregado novedoso al lógico triunfo del ugandés Joshua Cheptegei, plusmarquista mundial de la categoría y gran favorito al oro en los 5.000 e incluso en la maratón que cierre del atletismo en Tokio 2020.

Cheptegei le debe gran parte de su triunfo a su compañero Jacob Kiplimo (5º), quien hizo el desgaste durante la primera parte de la carrera al ponerse al frente, una táctica que habitúan a realizar atletas de una misma nación en competencias de largo aliento.

Así, el último envión de Cheptegei, a 500 metros, dejó sin piernas a sus principales adversarios, que no llegaron al sprint con la frescura necesaria para arrebatarle la gloria.

Cheptegei, que había sido subcampeón en los 10.000 el primer día del atletismo en los Juegos, se impuso con un tiempo de 12m58s15, por delante del canadiense nacido en Somalía, Mohammed Ahmed (12m58s61), y del mencionado Chelimo (12m59s05).

Uganda obtuvo así su primera medalla de oro olímpica en atletismo, en una carrera que buscaba sucesor para el británico Mo Farah, vencedor de los dos últimos Juegos.