Cuando a principios de los 80 las bandas pioneras del punk rock en la Argentina salían a la luz, en Salta todavía no se hablaba del tema. Será recién entrados los años 90 que la explosión del género, expresada en bandas puntuales, llegue hasta el norte.
Aquellos grupos, con una mirada barrial y de descontento social, regarán música por todo el país calando hondo en una juventud decepcionada por el marco social de futuro incierto generado por las políticas neoliberales aplicadas.
La idea punk de “no futuro”, nacida en la Inglaterra de los años 70, dejaba de ser material de lectura histórica para transformarse en la cruda realidad que se vivía a diario en las barriadas de la Argentina.
Génesis del punk salteño
Pablo Cosso es antropólogo de la Universidad Nacional de Salta (UnSA). Investigador sobre el punk en general y sobre la movida salteña en particular, una escena subterranea que buscó y documentó luego de largos años de estudio.
Comenta Pablo: “Los primeros datos dicen que entre el 1998 y el 2000, surgen las primeras bandas consolidadas de Salta. Sin embargo hay registro de una primera banda llamada ‘Comando’. Ellos estuvieron en escena entre mediados y fines de los 90. Tocaban covers de los Ramones en vivo”.
Cosso, quien conduce por Radio Dinamo el programa Punkgea, relata el devenir luego de aquella primera experiencia “En el 2000 empieza el proyecto de los pibes de Desekilibrio Emocional, hoy Desekilibrio. Una banda que surge de la fusión de Mala Leche y Gorrión, ambas formaciones que tuvieron corta existencia. Podemos decir que Desekilibrio es la primera banda punki reconocida de Salta. Con letras de protesta social, describían lo que les pasaba a los pibes como ellos en los barrios”.
One, Two, Three, Four...
Gastón es cantante y guitarrista de Desekilibrio y recuerda sus primeros acercamientos al género “Acá llegaban algunos casetes, era la ultima etapa antes de que naciera el CD. Esos casetes daban vueltas por el barrio y nosotros los escuchábamos. Me acuerdo del disco Valentín Alsina de 2 minutos, Anestesia de Fun People y Nevermind de Nirvana. Esos casetes fueron los primeros que empezaron a girar. Nos juntábamos con amigos a escuchar, nos copaba la onda. No sabíamos que era pero nos gustaba. Ahí empezamos a intentar sacar las canciones. Así arrancó, con los amigos del barrio armando algo sin saber bien qué. Y después una cosa fue llevando a la otra, conociendo gente… acá no había una movida de punk rock, estaba todo por armarse, todo por hacerse”.
El “Hazlo tu mismo”, motivación-guía del movimiento punk mundial, no resulta muy lejano en el tiempo si lo trasladamos a Salta. Bandas con integrantes que apenas llegan a los 40 años, pertenecen a las primeras camadas de músicos pioneros.
Este entramado artesanal se amplifica aún más si lo trasladamos al interior de la provincia. Así lo relata Ozzo, guitarrista de Bagayeros, banda oriunda de la norteña localidad de Orán: “Nosotros estamos en el interior del interior”, comenta entre risas.
Ozzo, quien tiene 39 años, relata sus primeros acercamientos al mundo del punk: “Tuve la suerte de tener un hermano mayor que escuchaba rock and roll en los 90. Entonces ya era rockero de niño. Cuando entré al colegio, a los 13 años, empecé a despegarme y conocer bandas como Ramones, Attaque 77, cosas mas punk, y me encantó. Ya en la secundaria empiezo a escuchar Flema, 2 minutos, The Clash, Pistols y de ahí los subgeneros que salían del punk”.
El guitarrista oranense agrega “empece con la guitarra de chico. Mi hermano tenía una banda y a mi me gustaba. Nosotros venimos de una familia del palo del folclore que guitarreaban siempre. Entonces de ahí ya me gustaba la guitarra criolla viendo a mis tíos tocar... imaginate cuando escuche la eléctrica, me partió la cabeza”.
Otras experiencias empujan la escena
Pablo Cosso, quien en su programa de radio historiza el movimiento, comenta los primeros indicios para entender como se comienza a organizar la movida en la provincia “todo esto viene como coletazo a lo que pasa en Tucumán. Allá, a mediados de los 90, tenías una terrible escena consolidada. También tenemos que darle centralidad al que siempre fue un abrecaminos en el interior, Nekro, cantante de Fun People y a todas las giras que hizo llevando bandas. Así es que los primeros recitales que se vieron en Salta del genero fueron de Fun People y también de la banda Loquero. Estamos hablando aproximadamente del 2002. Ese fue un puntal”.
A partir de estos grandes mojones musicales, donde se comenzaron a abrir otras ideas, formas y miradas, comienzan a organizarse los llamados “festipunks”. Comenta Cosso “los festipunks que se hacían servían para intercambiar con la gente de Tucumán y también de Jujuy, donde había una movida interesante. Creo que a nivel musical, las bandas que mas influenciaron la escena salteña en el comienzo fueron sin duda la trilogía: Flema, Dos minutos y Sin Ley. De Fun People lo que se tomó, mas que el estilo musical, fue el ‘hazlo tu mismo’. Ese espíritu punk quedó y demostró que era posible hacer algo también en Salta”.
Gastón de Desekilibrio relata los inicios “En aquel momento lo que dominaba musicalmente, como siempre, era el folklore y ni que hablar de la cumbia. Sin embargo eramos varios que buscábamos otras cosas con la intención de armar una movida paralela. Lo difícil era que la escena estaba por armarse. Hacíamos mucho por similitud o por la información que nos llegaba. No existía internet, así que venían pequeños datos a través de fanzines o algo en la radio”.
En antropólogo Cosso comenta que “existieron en Salta tres camadas. La primera a principio del 2000. Otra que vienen a ser los pibes que crecieron escuchando los recitales de los primeros. Y la ultima que ya es mas cercana, del 2015 hasta la actualidad aproximadamente. También hubo varios fanzines que sirvieron como información para el surgimiento del genero. Inclusive podemos nombrar algunos barrios puntuales donde los pibes se juntaban y armaban algo: en zona sur Barrio Intersindical, también en Tres Cerritos, algunos lugares del centro y algo de movida en Villa Primavera”.
Sin embargo, no todo pasaba por la capital provincial. A la par se generaron movidas en el interior. Así lo comenta Cosso: “En Valle de Lerma había algo de movida. También en Güemes, que tenían mucho intercambio con la capital por una cuestión de cercanía. También hay bandas en Tartagal y Orán, donde últimamente se fue consolidando la escena”.
Ozzo, referente del punk oranense, comenta lo que significo abrir camino en aquellas tierras “en el interior del interior te miraban mal solo por andar de negro. Fue difícil arrancar y mas difícil porque no llegaba ni material. Yo tenía un amigo, el Indio Jaime, que se había suscripto para recibir cosas de la banda Flema. Entonces le mandaban discos, algunos calcos o posters. Después cuando íbamos a Salta o a Jujuy, algo mas conseguíamos. Así recibíamos la información”.
Como lema identitario de la región, el nombre “Bagayeros” los define. Ozzo comenta “pensamos el nombre y como somos de Orán y acá la mayoría de la gente bagayea o bagayeo, caía justo. De 10 amigos, 8 son bagayeros. Muchos nos tildan de narcotraficantes o contrabandistas, pero para nosotros es un orgullo. Además no hay laburo mas punk que ser un bagayero”.
Así retrata aquella realidad uno de sus temas emblema "Bagayero soy, voy a laburar, hoy yo salgo a ganarme el pan. Salgo a abastecer toda la ciudad, aunque la gente nos mire mal".
Seguir en el camino del punk
El cantante y guitarriasta de Desekilibrio comenta el devenir de la banda hasta el presente “Después del 2011 empezó una nueva etapa. Pasaron algunos integrantes y con el batero empezamos a activar mas. Empezamos a grabar discos, a hacer viajes. Armamos mejor el proyecto hasta llegar al día de hoy en que hemos podido tocar con la mayoría de las bandas importantes de genero. Para nosotros, desde el norte, tocar con gente grosa es muy importante porque aprendemos mucho. Aprendimos como manejarnos, como cuidar los instrumentos, como movernos, la importancia del sonido, entre tantas cosas”.
Por su parte Ozzo comenta “Salimos en el compilado punk argento volumen II y en agosto arrancamos la grabación del disco. Muchos amigos nos ayudan, nos dan una mano. En esta época nos sirvió mucho el streaming”, y concluye “Yo me siento feliz y orgulloso de estar haciendo punk desde Orán”.
A contracorriente de los estilos y las formas convencionales, el punk se riega de manera subterránea. Hasta en los lugares más recónditos, es posible encontrar una remera negra que presagie algo de sus acordes.
Aunque con pocos escenarios y escasos recursos, las bandas siguen surgiendo alimentando un estilo que ya tiene nombre y peso propio en la historia del rock.
Lejos del mainstream, las bandas reman en terreno dificultoso, intentando agruparse y tender lazos solidarios para poder seguir multiplicando un mensaje que no pierde vigencia.