El cubano Andy Cruz se lució en la última jornada al derrotar al estadounidense Keyshawn Davis en la final de los pesos ligeros (de 57 a 63 kilos) del boxeo olímpico y conseguir el séptimo oro de la delegación isleña en Tokio 2020. Pero no sólo por eso, sino por su festejo final, con varios segundos de baile "a lo" Michael Jackson.

Cuba encabezó el medallero del pugilismo con cuatro oros y un bronce, seguido de Gran Bretaña, con dos doradas, dos plateadas y dos bronceadas, Rusia (1, 1, 4), Brasil (1, 1, 1) y Turquía (1, 1, 0).

Con un estilo elegante, de buenos movimientos laterales, Cruz ganó el primer round del duelo Cuba-EEUU con dañinos derechazos en los contragolpes; sin embargo, el norteamericano ajustó en el segundo, llegó bien de derecha y emparejó el pleito.

Cruz volvió a su boxeo paciente y armó buenas combinaciones que cerró con el recto de derecha para llevarse el combate en una pelea revancha de los pasados Campeonatos Mundiales, por 4 a 1 según el voto de los jurados.

La del púgil de Matanzas, quien acostumbra a mostrar sus dotes de bailarín tras las victorias (también lo hizo en los Panamericanos de Lima 2019), fue la cuarta presea de oro de Cuba, luego de que Roniel Iglesias conquistó el título de la división welter, Arlén López, la de los ligero pesados, y Julio La Cruz, la de los pesados.

Mientras tanto, en el último enfrentamiento de la competición, en la final de los súper pesados, el uzbeco Bakhodir Jalolov, campeón del mundo, se recuperó de un primer round perdido para derrotar por votación unánime al estadounidense Richard Torrez, y darle el tercer oro de los Juegos a su país.

En el inicio de la jornada, la brasileña Beatriz Ferreira perdió por decisión unánime ante la irlandesa Kellie Harrington, quien después de verse superada en los tres minutos iniciales, se recuperó y con buenos golpes ganó el combate.

La otra pelea de la cartelera concluyó con triunfo de la británica Lauren Price, quien derrotó por 5-0 a la china Li Qian, con un boxeo limpio y buenos impactos desde atrás. Li era la última carta china para liderar el medallero, que al final quedó en manos de Estados Unidos con 39 oros, contra 38 de la nación asiática.