En 1919 Yeats escribió “El segundo advenimiento” con la expectativa de la segunda venida de Cristo. Franco Bifo Berardi recupera el poema para hablar de la segunda venida que a él le importa: la del comunismo. “Estoy intentando imaginar cómo romper el hechizo de impotencia y desesperación que se cierne sobre la psicoesfera de nuestro tiempo, y cómo reinventar un futuro más allá del inminente Apocalipsis y del trauma que traerá aparejado”, escribió en su último libro, La segunda venida, neorreaccionarios, guerra civil global y el día después del Apocalipsis.
Publicado por Caja Negra, es un texto breve, de apenas más de 100 páginas, no tan dinámico como las crónicas que el autor escribió cuando avanzó el coronavirus. Se ataja, Bifo, al hablar de comunismo: admite que el concepto ha perdido "credibilidad". Leída en estas latitudes, donde reina otra visión acerca del rol del Estado, en la versión que defienden los gobiernos populares, la idea a lo mejor tenga todavía menos fuerza. Su planteo no es aislado, va de la mano con pensamientos como los que Zizek esbozó al comienzo de la pandemia y que generaron discordia entre los filósofos europeos.
Enseguida el escritor y filósofo --activista emblemático del movimiento insurreccional italiano del '68-- aclara: “Uso la palabra comunismo como una herramienta conceptual provisoria, pero no me refiero a ninguna visión ideológica, a ningún proyecto sistemático de transformación ni a ningún programa político para el Gobierno del futuro”. ¿Entonces?
En las páginas previas a este fragmento pinta un paisaje actual apocalíptico, hecho de una tercera guerra mundial en curso que enfrenta a "clanes, movimientos políticos y creencias religiosas", el reemplazo de la democracia y la opinión crítica por "la cultura identitaria, la rabia y la depresión" y un "apagón de la sensibilidad", entre otras cosas. Hace foco en el fenómeno de Trump, el ascenso de un nuevo tipo de fascismo, el drama de los inmigrantes, los efectos de la tecnología en el cerebro y en la sociedad.
En este último punto ofrece el que quizás sea el enfoque más novedoso del libro: en lugar de pensar el avance mundial de la "ola neorreaccionaria" como un hecho político, lo considera una "mutación antropológica", en un momento en que la razón crítica dejó de funcionar dando paso a un pensamiento de carácter mitológico, "que surfea olas de estimulación nerviosa". La saturación de información dinamita la capacidad de pensar críticamente y también la posibilidad de incidir en el cuerpo social. Cuerpo y cerebro van por separado. La voluntad humana es cada vez más impotente. Bifo relativiza los alcances negativos de las fake news: para él existen hace tiempo, sólo que ahora la cuestión se potencia por la existencia de Internet.
La colección dentro de la cual se publica La segunda venida se denomina “Futuros próximos”. Bifo se propone buscar la "salida del laberinto" e imagina lo que vendrá. Asocia al comunismo a un meme. Su definición de meme es: "unidad de significación encarnada en una palabra, en una imagen, en un gesto". Cree que el comunismo podría emerger como un "cortocircuito memético en el caos mental imperante".
Este meme, según el filósofo, tiene que hacer frente a los del consumismo y la competencia, y romper con la "superstición del trabajo asalariado": se considera ley natural trabajar por un sueldo, cuando es una "convención". No explica mucho más acerca de este nudo. Según su perspectiva el comunismo, y con él la "solidaridad consciente entre trabajadores más allá de los límites de las naciones", es el único horizonte posible. Es eso o la extinción.
Las conclusiones de Bifo pueden no convencer o quedar a medio camino. Las preguntas, en cambio, tienen más potencia: "¿Es todavía posible la convivencia humana?" "¿Son todavía posibles la vida, la paz y la amistad?" "¿Cómo podríamos pensar en la amistad y en la felicidad cuando está en juego la supervivencia misma?"