El fuego continúa incontrolable en Grecia, donde los incendios forestales ya devoraron más de 70 mil hectáreas y las llamas dividieron en dos la isla de Eubea, la segunda más importante del país. "Estamos en manos de Dios. El Estado está ausente. Si la gente se va, los pueblos seguro que se queman", dijo desesperado Yannis Selimis, un habitante de Gouves, en el norte de Eubea, cuyos últimos habitantes tuvieron que ser evacuados de emergencia.
Selimis, de 26 años, dijo a la agencia de noticias AFP que "en los próximos 40 años no tendremos trabajo y en invierno nos ahogaremos bajo las aguas, sin bosques que nos protejan". Los últimos habitantes de Gouves fueron traslados hacia la playa de Pefki, donde a varios cientos de metros de distancia, un barco militar espera paciente frente a la costa, para embarcar a estos habitantes.
"Intentamos quedarnos en casa hasta el último momento, pero la mitad de nuestro terreno se quemó", lamenta Eli Kouveli. Esta mujer de unos cincuenta años tuvo que ceder y resignarse el miércoles a abandonar su casa ante el peligro.
Ubicada en el mar Egeo y a unos 200 kilómetros al este de Atenas, la situación en la isla, es dramática. Eubea amaneció envuelta en una espesa nube de humo y bajo una lluvia de cenizas. El pueblo de Ellinika se encuentra actualmente rodeado por las llamas, mientras los bomberos y los pocos vecinos que no aceptaron la orden de abandonar sus hogares intentan salvar lo que pueden.
De acuerdo al sitio in.gr, los lugareños y turistas se reunieron en la playa de Agios Nikolaos a la espera de ser evacuados por mar, según informó la agencia ANSA. "Nos quemaron nuestro paraíso", exclamó furioso a las autoridades Tryantafilos Konstandinos, de 46 años y agregó: "Estamos acabados".
Los últimos combatientes que habían resistido, debieron partir, llegar a la playa y ponerse a salvo. "Eubea, se acabó", asegura Cleopatra Plapouta. "La gente está luchando sola. Ni un solo bombero en los pueblos", insiste, con el pañuelo y la máscara en el rostro. Su esposo sostuvo: "Hemos estado en llamas durante una semana" y explicó que "el fuego se inició a 60 kilómetros de aquí. ¡A 60 kilómetros!".
"Nos abandonaron, nos mintieron. Este es el primer día que llegan aviones", dijo también enojada María Mousxogianni. Su hotel está frente al mar pero actualmente no alberga turistas, sólo dos familias que tuvieron que abandonar sus hogares.
Mientras tanto, las llamas llegaron al pequeño pueblo de Vasilika y un frente de fuego de 6 kilómetros quema un vasto bosque de pinos, acercándose al pueblo de Gouves. Los bomberos están tratando de detener los incendios en varios lugares para evitar que otras casas sean destruidas, luego de que 200 familias se quedaran sin techo.
Pero el fuego también se extiende en el continente, en Peloponeso, a las puertas de Atenas. Es que tanto Grecia como Turquía sufren la peor ola de calor en décadas, y llevan casi dos semanas luchando contra los incendios. De acuerdo a AFP, el fuego consumió en Grecia 70.059 hectáreas y causó dos muertos. Los expertos relacionaron las altas temperaturas con el cambio climático.
Entrevistado por Skai TV, el gobernador del centro de Grecia, Fanis Spanos, dijo que más de 2.500 personas están alojadas en hoteles y otras instalaciones. A su vez, el alcalde de Istiaia, Ioannis Kontizias, denunció la ausencia de aviones de extinción de incendios en el frente de Eubea. "Estamos solos, llevo cinco días pidiendo que se empleen aviones", protestó.
Unos 260 bomberos griegos, ayudados por un centenar de vehículos y respaldados por más de 200 colegas llegados desde Ucrania y Rumania, estaban desplegados el domingo por la mañana en el norte de la isla y apoyados por siete aviones y helicópteros, informaron los bomberos. Las llamas también se aproximaban a las viviendas de los pueblos de Ellinka, y Psaropouli, tras haber destruido centenares de casas de la región.
En tanto, un avión se estrelló hoy cuando realizaba operaciones antiincendios en la isla griega de Zante, informaron los bomberos, que precisaron que su piloto estaba sano y salvo. El aparato estaba llevando a cabo una operación de extinción de un pequeño fuego en esta isla Jónica, cuando se estrelló por una razón todavía desconocida, según la misma fuente.