Este 9 de agosto no es un día más si se trata de crímenes contra la humanidad. La fecha, una potencia mundial y una bomba devastadora remiten al Japón vencido en la Segunda Guerra Mundial y en el que acaban de finalizar los Juegos Olímpicos. Tres días antes ya se había desatado desde el avión Enola Gay - bautizado así en honor a la madre del piloto – la tragedia atómica sobre Hiroshima.

Nagasaki estaba indefensa ante la segunda bomba que completaría el plan de escarmiento de Estados Unidos para conseguir la rendición incondicional del imperio nipón. Por este bombardeo se cumple este 9 de agosto el Día Internacional de los crímenes estadounidenses contra la humanidad. La Red Argentina organiza el recordatorio de estos dos ataques con bombas de plutonio 239 que le costaron la vida – hasta hoy – a 260 mil personas en Hiroshima y 100 mil en Nagasaki. Como se sabe, los efectos de la radiación perduran por años, con su capacidad de daño silenciosa, como el silencio que el mundo mantiene sobre dos de los crímenes más grandes de la historia mundial.