Conocida por su constancia y su alegría militante, Sara Ricardone falleció ayer en la ciudad de Salta. Fue compañera de Pablo Outes, ex diputado de la provincia perseguido por la represión ilegal, que estuvo exilado y volvió para entregarse a las autoridades y fue asesinado en la conocida como Masacre de Palomitas, la matanza de once personas detenidas por razones políticas cometida el 6 de julio de 1976 al costado de la ruta nacional 34, a más de 50 kilómetros de la ciudad de Salta.
El estado de salud de Sara se había resentido en los últimos días y se esperaba este desenlace. La Mesa de Derechos Humanos de Salta, que integran la Comisión de Detenidos Desaparecidos por razones políticas y gremiales, la Asociación Lucrecia Barquet, la Asociación de Derechos Humanos Coca Gallardo y la agrupación HIJOS, la despidió recordando su histórica militancia en los derechos humanos.
Tras la traumática experiencia del terrorismo estatal, y el asesinato de su compañero, Sara dedicó su vida a buscar justicia para Outes y para las otras personas víctimas de la represión en la provincia. Integró la organización de Familiares de detenidos desaparecidos y detenidos por razones politicas y gremiales y fue una de las impulsoras de memoria, verdad y justicia.
La fotos que ilustran esta nota datan del año 2000, cuando esa organización inició el Juicio por la Verdad, un habeas data que permitió reunir información sobre los crímenes perpetrados en la provincia por militares y civiles golpistas durante la vigencia del terrorismo de estado impuesto por los personeros del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Sara, como Coca Gallardo, también fallecida, se destacaba por su alegría, característica que ayer resaltaron quienes la conocieron y militaron con ella. "Sara fue una persona valiente, alegre, solidaria. Fue compañera de Pablo Eliseo Outes en los momentos más difíciles, cuando serlo era arriesgar su propia vida. Integró la Comision de Familiares de detenidos desaparecidos por razones politicas y gremiales de Salta y acompañó los juicios de lesa humanidad, en especial la causa Palomitas. Su recuerdo permanecera siempre entre nosotras y nosotros", la recordó ayer otra histórica militante de los derechos humanos, Nora Leonard.
"Agradezco la oportunidad que tuvimos de hablarnos con afecto y decirnos cuánto nos queríamos. Creo que nos hizo bien a las dos. Descanse en paz esta mujer valiente alegre y solidaria", la recordó Soledad Outes, hija de Pablo.
Blanca "Nenina" Lezcano, que la recordó con afecto, aunque con gran tristeza, destacó que además de la lucha para lograr justicia por Palomitas, Sara tenía una batalla personal para que se la reconociera legalmente como la compañera de Outes en los momentos en que fue perseguido y estuvo detenido hasta ser asesinado.
En 2017, a la edad de 83 años, Sara pudo dar su testimonio en la causa Palomitas. Mirta Torres, que la acompañó entonces junto a Nenina Lezcano, destacó la figura de Sara Ricardone. "Supo ser fiel hasta el último de los días, fue testigo de cómo algunos lo trataban a Outes como ‘el guerrillero que guarda armas en el ropero’. Supo acompañar de la forma más noble en una causa por los más necesitados, que era el compromiso de Pablo Outes. Ella dice ‘yo soy la compañera de un guerrillero que fue fusilado en Palomitas’”.