Parece que hubieran pasado años desde los días en los que todavía agonizaba el misterio de no saber qué sería del futuro de Lionel Messi luego de abrazar por primera vez su ansiado título con la Selección argentina. A la vorágine del raid que definió el porvenir del astro argentino las últimas horas, foco del ojo periodístico en todo el mundo, se le agregó el detalle microscópico, segundo a segundo, desde el que las redes sociales magnificaron cada paso de su devenir. Y no faltó nada: desde certezas partiéndose en mil pedazos una y otra vez hasta lágrimas inéditas del crack rosarino, en medio de imágenes y mensajes replicándose de a millones en el infinito digital. Hubo de todo y todo parece ya lejano en un tiempo que este martes se congeló cuando el argentino apareció sobre el césped del Parque de los Príncipes con la camiseta del París Saint-Germain con el número 30 en su espalda. Porque este miércoles habrá presentación oficial, pero será solamente un formalismo para una alegría que en tierras francesas ya dejó de estar contenida para quienes aman al fútbol. Y es que Messi está entre ellos y París es una fiesta.
En el aeropuerto. En el estadio del PSG. En la puerta de ingreso al hotel de la Avenue Hoche y en el balcón de su suite, desde el que saludó junto a su mujer Antonela y sus hijos en su última aparición pública luego de su llegada a París. Cada uno de esos lugares, en los que la estrella argentina se mostró apenas unos pocos segundos, se volvieron íconos de un tiempo de cambios en la vida del ex futbolista del Barcelona: su arribo a otro país (así como había aterrizado en España hace 21 años), su llegada a otro fútbol (un plantel conducido por otro argentino, Mauricio Pochettino, y plagado de superestrellas), su nuevo hogar.
"Estoy encantado de comenzar un nuevo capítulo de mi carrera en el Paris Saint-Germain -cita la web oficial del PSG al argentino, en sus primeras declaraciones bajo el nuevo escudo-. Todo en el club coincide con mis ambiciones futbolísticas. Sé el talento de la plantilla y del cuerpo técnico. Estoy decidido a ayudar a construir algo especial para el club y los aficionados, y estoy deseando saltar al campo de juego del Parc des Princes".
Cuando el astro terminó su movido tour y se despidió de su nueva hinchada desde el balcón del hotel, la revolución presencial le dio paso a la acción digital, porque desde el PSG preprararon la bienvenida parisina con todo. Entrada la noche en Francia, desde las redes oficiales del club que recibió al argentino desplegaron un video de Messi aterrizando en el Parque de los Príncipes, confirmando su fichaje y el dorsal de su camiseta, que finalmente será el número 30. La presentación audiovisual, que en una hora se reprodujo casi ocho millones de veces, llegó para calmar la ansiedad en la previa del anuncio de su contratación, que asegura al astro por dos temporadas (con opción de continuar una más) a cambio de un mínimo aproximado de 120 millones de euros netos, entre sueldo y extras.
La oficialización de su llegada será este miércoles, a las seis de la mañana de nuestro país. Serán las 11, en cambio, en esa tierra francesa revolucionada desde hace 72 horas. Porque ya probó el césped del Parque de los Príncipes y se calzó sus nuevos colores. Porque hay quienes se ilusionan con su debut incluso el próximo sábado, ante el Racing de Estrasburgo y delante de 45 mil testigos únicos de un nuevo tiempo histórico del fútbol. Porque va por una Champions con la inspiración de la novedad. Porque será socio de Neymar y de Mbappé. Porque otro rincón del mundo inspirará la magia de su zurda. Porque Messi llegó al PSG y París es una fiesta.