La Agencia Gubernamental de Control (AGC) realizará inspecciones fijas en el boliche Rose in Río de Costanera Norte, luego de denunciar hace una semana que allí se llevó a cabo una fiesta clandestina sin respetar las medidas de distanciamiento ni la utilización de tapabocas. Las inspecciones se realizarán durante todos los fines de semana por al menos un mes, mientras se espera que la Justicia se expida sobre las resposibilidades penales de los dueños y la posible clausura del lugar.
Tras la difusión de imágenes de una fiesta clandestina realizada en el boliche el viernes 30 de julio -fuera del espacio gastronómico que había sido habilitado por la AGC-, en la que los asistentes no respetaban el distanciamiento social ni usaban barbijo, la Agencia decidió llevar el caso a la Justicia y mientras la causa avanza realizará inspecciones del lugar cada fin de semana.
Por la denuncia, la Justicia local hizo una revisión general de las instalaciones de Rose in Río y aprobó el funcionamiento en lo que atañe a la seguridad y habilitación del boliche perteneciente a "Emprendimientos Costanera S.A.". En este sentido, desde la AGC señalaron que no se puede disponer de su clausura hasta tanto no se expida la Justicia y no quisieron realizar comentarios respecto de los operativos preventivos que hubieran podido evitar la realización de esta fiesta, cuya convocatoria se difundió por redes sociales.
La denuncia judicial de la AGC fue realizada contra los dueños de "Emprendimientos Costanera" para pedir que se abra una investigación por presunta violación de los artículos 202, 205, 209, 239 del Código Penal, que penan, entre otras cosas, a quien "propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas", y a quien "violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
"Las actividades de baile en esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentran, desde el comienzo de la pandemia y hasta la fecha, prohibidas por normativa sanitaria", recordaron en la denuncia y agregaron que "con carácter excepcional y transitorio hasta tanto se produzca el reinicio de la actividad de baile", la única actividad permitida en este tipo de locales es la gastronómica, "en los espacios internos y con un coeficiente de aforo máximo".
En este sentido, indicaron que "los explotadores comerciales decidieron abierta e irresponsablemente infringir el marco normativo vigente, mediante la promoción de un evento y luego, transcurrido un tiempo de permanencia de los clientes en el lugar, desatar una verdadera fiesta clandestina, a sabiendas del peligroso impacto que ello podría causar en la población". Además, destacaron que los dueños del lugar declararon "de manera juramentada que cumplirían con los protocolos sanitarios, pero en su lugar eligieron vulnerarlos, sometiendo a la población general a un riesgo mayúsculo".
El boliche Rose in Rio ya había sido clausurado por la Justicia porteña en noviembre de 2019, luego de que Kiara Acosta, una joven trans de 21 años, denunciara que un empleado de seguridad la había discriminado al no dejarla ingresar por, según sus palabras, ''vestirse como puta y parecer hombre". Entonces, el juez Penal, Contravencional y de Faltas Rodolfo Ariza Clerici consideró que había "pruebas suficientes" para cerrar temporalmente la discoteca.