Patricia Hitchcock, la única hija de uno de los más grandes directores de la historia del cine murió a los 93 años. La descendiente de Alfred Hitchcock murió en California el lunes pasado a los 93 años, según conirmó una de sus tres hijas, Katie O´Connell. 

Había nacido en Londres en 1928, fruto del matrimonio de su padre con Alma Reville. La familia se instaló en Hollywood en 1939, y allí Patricia se inclinó por la actuación. Comenzó en teatro y televisión, y pegó el salto al cine de la mano del mago del suspenso. Filmó a sus órdenes en Extraños en un tren, una de sus grandes películas, en 1951. 

Más tarde, se la vio en diez episodios de Alfred Hitchcock Presenta, la serie televisiva que su padre realizó en los años 50. En 1956 tuvo papel de cortesana en Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille. Ya se había casado en 1952 con Joseph O´Connell, el padre de sus tres hijas. Para 1960 pasó a dedicarse a su familia y dejó de lado la actuación. Ese año tuvo un pequeño papel de compañera de oficina de Janet Leigh en otra de las películas míticas de su padre: Psicosis.

Regresó a la actuación en dos telefilms a mediados de los años 70, en la película Skateboard, de 1978. Más tarde aseguró que su célebre padre se oponía al nepotismo y que por eso no apareció más seguido en sus películas. En 2003 escribió junto a Laurent Bouzerau la biografía de su madre. The Woman Behind the Man, es un trabajo que reivindica el rol de Alma Reville como colaboradora de Hitchcock y que da cuenta de cómo el director prestaba atención a sus sugerencias en los rodajes.