El jefe del Ejército de Indonesia, Andika Perkasa, anunció el fin de las "pruebas de virginidad" a las que eran sometidas las mujeres que querían sumarse a la fuerza, una práctica "invasiva" que consistía "en insertar dos dedos en la vagina para, supuestamente, evaluar (a través del himen) si la mujer ya tuvo relaciones sexuales", explicó Andreas Hasorno, investigador de Human Rights Watch.
Según detalló la organización de derechos humanos, durante décadas miles de aspirantes al Ejército de Indonesia debieron enfrentarse a este examen que suponía, para aquellas que no lo superaran, el fin de una posible carrera militar. El estudio también alcanzaba, en algunas ocasiones, a las prometidas de los oficiales como requisito obligatorio antes del casamiento.
"Las 'pruebas de virginidad' son una forma de violencia de género, una práctica ampliamente desacreditada", opinó Hasorno, quien remarcó que si bien todos los reclutas son sometidos a un examen físico de salud, solo las aspirantes mujeres debían atravesar este tipo de controles, algo que durante años las organizaciones de derechos humanos han denunciado por ser "abusivo y discriminatorio".
En 2014, la Organización Mundial de la Salud determinó que esta prueba "no tiene validez científica", ya que más allá de lo cuestionable que puede resultar exigirle a una persona condiciones en su sexualidad, los expertos en salud reproductiva afirman que el estado del himen no tiene ninguna relación con la virginidad (una palabra sin peso dentro de la comunidad científica).
Tras varios años de debate y luego de que muchas mujeres hablaran sobre esta "dolorosa" práctica con la organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos humanos, finalmente el jefe del Ejército de Indonesia, Andika Perkasa, anunció el fin de este tipo de examen.
"Ya no será necesario. El objetivo del proceso de selección es verificar la salud" del aspirante, manifestó luego de resaltar que esta prueba es "irrelevante" para un procedimiento de reclutamiento. A partir de ahora, indicó, las candidatas y candidatos solo deben ser evaluados por su capacidad física para participar en un entrenamiento.
"El comando del Ejército está haciendo lo correcto. Ahora es responsabilidad de los comandantes territoriales y de batallón seguir las órdenes y reconocer la naturaleza no científica y abusiva de esta práctica", dijo Hasorno a BBC Mundo. "El aumento de la presión también debe centrarse en los principales comandantes de la Marina y la Fuerza Aérea para seguir el ejemplo del Ejército y poner fin a esta práctica", añadió.
El Partido Demócrata, en tanto, coincidió en que la prueba para los futuros soldados y soldadas debe ser relevante solo para sus funciones y deberes y se mostró de acuerdo en la abolición de esta prueba, ya que conducirá a "mejoras en el sistema de reclutamiento".