El Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta informó que en lo que va de este año cuatro mil los estudiantes secundarios de la provincia se desvincularon del sistema educativo.
El motivo principal es la falta de conectividad a Internet y de dispositivos tecnológicos para poder cursar durante la pandemia. Los más afectados son los jóvenes del interior provincial, que optaron directamente por abandonar.
El director del Nivel Secundario, Gabriel Tejerina, informó a Salta/12, que llegaron a ese número comparando la cantidad de matriculados existentes en 2019 con los que se inscribieron en 2020 y en 2021. También detectaron que la mayor cantidad de alumnos desertores son del primer año.
Desde la cartera que dirige Matías Cánepa están intentando identificarlos para que "se los pueda volver a vincular con la escuela a través de un equipo de psicopedagogos y docentes de materias que ayuden a la trayectoria escolar". Tejerina indico que la prioridad es que aquellos que "abandonaron la escolaridad o no estuvieron vinculados con la escuela durante el año 2020 puedan ser incorporados en la institución educativa".
La información se dio a conocer a través del Programa de Acompañamiento para la Revinculación, que es ejecutado por la Subsecretaría de Políticas Socioeducativas y el Programa de Orientación Escolar. El funcionario explicó que para llevar adelante la reinserción se crearon equipos específicos que "están buscando en sus casas a los alumnos".
Tejerina indicó que la deserción fue por "múltiples causas", marcando como las principales la falta de conectividad a la red digital y que la mayoría de los jóvenes viven en zonas alejadas o rurales. A pesar de que la geografía de la provincia tiene distinas regiones como los Valles Calchaquíes, la Puna o el Chaco salteño, en todas son similares las grandes distancias que el estudiantado debe afrontar para llegar a sus establecimientos escolares. En algunos casos estos son los únicos lugares donde hay conectividad digital o señal telefónica.
Para muestra de ello, desde el Programa Sembrador de la Fundación Bunge y Born y la Fundación Perez Companc, se dio a conocer un Mapa de accesibilidad a las escuelas argentinas. Entre los resultados, se mencionó que en promedio un estudiante secundario de Salta que cursa en una escuela rural debe caminar 290 minutos diarios hasta llegar hasta su escuela, es decir, casi 5 horas. Mientras que un alumno de la educación primaria debe hacerlo por 168 minutos.
La analista de proyectos de Educación de la Fundación Bunge y Born, Clara Gonzales Chaves, afirmó que esa diferenciación entre ambos niveles da cuenta de que la enseñanza primaria es "casi universal", mientras que el nivel secundario, que es obligatorio desde 2014 aún tiene bajo nivel de acceso.
Eso se traduce en casi un 40% de deserción de estudiantes secundarios en ámbitos rurales mientras que en el ámbito urbano es de casi el 17%. En la provincia hay alrededor de 127 mil inscriptos en la matrícula 2021 y más de 600 escuelas rurales.
En ese sentido, Tejerina reiteró que esos chicos y chicas "van a empezar a tener todo un acompañamiento para que sigan insertados en el sistema y no queden como alumnos abandonados". "Se está poniendo un gran esfuerzo en los recursos humanos para que vuelvan a conectar con la escuela", precisó el funcionario.
También contó que está en práctica un programa de revinculación desde la Dirección General de Educación Superior, cuyos estudiantes brindan clases de apoyo. Y recordó la existencia del nuevo programa nacional Egresar, destinado a los jóvenes que terminaron de cursar el nivel secundario orientado desde 2016 a 2020 y no pudieron obtener el título porque tenían materias pendientes de aprobación.
Perder casi el 70% de la matrícula
Un ejemplo de deserción estudiantil está ocurriendo en el colegio rural N° 5194, de la localidad de San Agustín, a casi 17 kilómetros de la Capital. El colegio, que funciona en tres sedes porque aún no cuenta con un edificio propio, llegó a perder una gran cantidad de su matrícula durante la pandemia.
La instititución tiene a los anexos San Agustín, el paraje El Huaico y La Isla. Este último, funciona en un CIC que cedió la municipalidad de Cerrillos. Allí enseña la docente Mercedes Arias, quien contó a Salta/12 que de los casi 150 estudiantes que iban durante las clases presenciales de 2019, con la pandemia fueron dejando la cursada virtual y en este período 2021 sólo cuentan con 20 alumnos, y "eso es decir mucho", subrayó.
"Están abandonando la escuela directamente y hay quienes te dicen que no van a volver" hasta que no haya clases presenciales. Las razones que Arias fue recibiendo apuntan a que los estudiantes no tienen ni celulares ni computadoras y si alguno lograba conseguirla "ya no se mandaban los trabajos". Esto en referencia al ciclo de bimodalidad que se implementó en casi todo el país.
A ello se sumó que el anexo de La Isla no pudo seguir el dictado de las clases en su lugar porque no fue aprobado el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. Por lo tanto, se decidió que toda esa matrícula asista al anexo de El Huaico, pero hay una distancia de casi 8 kilómetros entre ambas instituciones y el servicio de transporte interurbano de pasajeros es deficiente. Recién hace unas semanas pudieron volver a su antigua sede.
Al verse obligados a asistir a otro lugar, durante los primeros meses del año debían tomar sí o sí un colectivo que pasaba a las 13.45 para llegar a El Huaico. "Si no lo tomaban, perdían la clase", porque no hay muchas frecuencias del transporte. En el caso de Arias, su curso solía tener hasta 20 estudiantes, pero este año sólo llegó a tener 4 permanentes.
"Los chicos demandan la presencialidad porque me dicen que si vuelve la virtualidad no van a seguir estudiando" simplemente porque no cuentan con las condiciones para poder hacerlo. Para Arias, el "desgranamiento es palpable y los sectores menos pudientes son los más desfavorecidos".