“Ojalá que la sociedad salga a las calles y se pueda revertir lo que hicieron”, deseó Cecilia De Vicenti, al referirse al beneficio del 2x1 que la Corte Suprema autorizó para los delitos de lesa humanidad. La hija de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, confesó que lo que más “dolor” le causa es la posible liberación de Alfredo Astiz, el principal represor que secuestró y desapareció a su madre. “Hoy sueltan a los militares porque tienen sus cómplices civiles”, criticó.
La militante de derechos humanos sostuvo que el fallo de la Corte es parte del “paso a paso” que el gobierno de Mauricio Macri da contra los derechos humanos y cuestionó la independencia del máximo tribunal al sostener que los dos jueces postulados por el oficialismo y que fallaron a favor de la posibilidad de que 278 represores queden libres, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, “aceptan lo que les dicen” desde el Poder Ejecutivo.
Durante una entrevista por Radio Rebelde, De Vicenti interpretó que una de las pruebas de que esa sentencia está en consonancia con la línea del Gobierno es que “si uno hace una lista de lo que el ingeniero (Macri) opina de los derechos humanos, entonces es normal que sus dos personas puestas en la Corte hayan votado lo que votaron.”
Al respecto recordó que el Presidente “dijo en muchas oportunidades que los derechos humanos eran ‘un negocio’ y que ‘no eran 30 mil’ los desaparecidos” por la última dictadura.
En este sentido, admitió que el fallo del máximo tribunal “no me extrañó”, aunque reconoció que le produjo “un dolor en el alma que me dan ganas de llorar”.
Por eso recomendó que, si bien está de acuerdo con el acto de los organismos de derechos humanos para el miércoles 10 de mayo (al que se suma la marcha de Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para el día siguiente), lo que también podría hacerse es “ir a las casa de esos dos jueces” que integran “una Corte que no es independiente y que acepta lo que le están diciendo” desde el Gobierno.
Cecilia De Vicenti reconoció que una de las posibilidades que más la conmocionó es que Astiz pida acogerse al beneficio de la reducción del cumplimiento de su condena por delitos de lesa humanidad.
“Pienso en él, que fue quien en 1977 se infiltró en el movimiento de Madres” cuando comenzaron a reclamar la aparición de sus hijos detenidos ilegalmente, dijo. Fue Astiz quien “determinó que mi mamá, que era una ama de casa, desapareciera junto con mi hermano Néstor”, recordó.
El ex marino fue quien espió y “marcó” no solo a Villaflor De Vicenti, sino también a las madres Esther Vallestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, y a la monja francesa Alice Domont, entre otros integrantes del grupo que se había empezado a organizar para reclamar por los desaparecidos.
Por esa historia personal y muchas otras similares, añadió, “no me tengo que reconciliar con nadie; lo que tiene que haber son juicios y justicia” con los represores de la última dictadura cívico militar. “Los militares, de una vez por todas, en vez de quedar sueltos tienen que decir qué hicieron con cada uno de los 30 mil detenidos desaparecidos”, remarcó.
Su madre, Azucena Villaflor, fue secuestrada en diciembre de 1977, luego trasladada al centro de torturas que funcionó en la exESMA y finalmente arrojada viva desde un avión al Río de la Plata. Su cuerpo apareció tiempo después en las playas de Santa Teresita y sepultado como NN en el cementerio de General Lavalle, hasta que en 2005 fueron identificados y sus cenizas depositadas al pie de la Pirámide de Plaza de Mayo, donde aún permanecen.