El presidente Alberto Fernández presentó ayer en Concordia un plan para la promoción del empleo registrado de 250 mil trabajadores rurales, que les permitirá seguir percibiendo ingresos de programas sociales en paralelo con sus actividades temporales y estacionales en la zafra de cítricos dulces y arándanos. “A partir de ahora va a dejar de ser incompatible el plan social con la idea de trabajar”, explicó el jefe de Estado, que destacó que el objetivo del gobierno no es que “la gente tenga planes sociales sino que tenga trabajo digno” y criticó la “voracidad” de los empresarios formadores de precios.
“Este anuncio fue largamente esperado” y “tiene que ver con mejorar la calidad en el empleo”, explicó el gobernador entrerriano y anfitrión Gustavo Bodert. “Fue un largo debate durante mucho tiempo: poder logar condiciones de equidad y que ayuden a dignificar el salario del trabajador zafrero y que, por otro lado, permita a los productores y a quienes trabajan en la industria del citrus y el arándano poder contar con el trabajo registrado y que, cuando toma un trabajador, este no pierda el beneficio que tiene”, resaltó Bodert.
“Vengo a renovar mi pacto con ustedes. Viene un tiempo mejor. Los dos años que vienen vamos a tener la revancha que nos merecemos”, dijo Fernández al presentar el plan de promoción del empleo. “Es el tiempo de pensar en los que menos tienen, a los que más les cuesta ganar un peso para alimentar a su familia. El Estado quiere que trabajen, pero eso no quiere decir que vamos a estar ausentes cuando ese trabajo no lo tengan”, destacó. Precisó que la decisión “resuelve el dilema de 250 mil trabajadores rurales” y aseguró que seguirá luchando para “lograr esa Argentina más justa e igualitaria”.
El plan fue presentado por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) y “cuenta con el acuerdo de los productores de las distintas regiones”, destacó Fernández, a quien también escuchaba el gobernador tucumano Juan Manzur. La medida permite mantener la percepción de planes y programas sociales y de empleo junto con el trabajo registrado, y alcanzará a los grupos familiares de los beneficiarios, que representan a un tercio del total de los trabajadores rurales asalariados de todo el país. “Es un paso muy importante para que todos vuelvan poco a poco a recuperar el trabajo”, dijo el jefe de Estado.
La iniciativa prevé el establecimiento de una garantía a través de la cual los titulares de asignaciones universales que trabajen bajo esa modalidad percibirán los beneficios no contributivos que les correspondan, accediendo como mínimo a un monto equivalente al 100 por ciento del valor de las asignaciones universales por hijo. El objetivo central de la iniciativa es “el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, así como el crecimiento y la consolidación de las capacidades exportadoras de las economías regionales”, detallaron fuentes oficiales.
“La pandemia nos ha enseñado que la solidaridad es un valor muy importante para todos”, reflexionó Fernández, quien recordó que ante la aparición de los primeros casos de coronavirus en el país lo primero que tuvo que hacer el gobierno fue “resolver el dilema de la gente”, en especial de los sectores más afectados.
El hecho de que “los planes convivan con el trabajo se toma pensando en los que producen”, ya que la Argentina “necesita que su economía salga al mundo y esa exportación traiga dólares al país”, explicó. “Cuando (la ex presidenta y actual vice) Cristina (Fernández de Kirchner) dejó el gobierno había cerca de 110.000 planes sociales, y hoy tenemos entre 700 y 800.000. ¿Qué pasó en el medio? En los últimos años esos planes fueron pensados con un criterio asistencialista, de condenar a una parte de la sociedad a sobrevivir en la miseria con los planes”, planteó, y dejó clara su postura: “Yo quiero que la gente viva dignamente con trabajo, son dos cosas distintas”.
“Viene una etapa en la que la recuperación empieza a sentirse, la producción crece, la actividad lleva meses consecutivos de crecimiento y el empleo industrial no para de crecer”, anunció el presidente. Reconoció que persisten “problemas” y que “la inflación es uno de ellos”, aunque dejó en claro que se sigue “trabajando” para reducirla.
También se refirió al aumento de los precios de la alimentación y puntualizó que si bien existe un incremento de los valores en todo el mundo, “hay acá en la Argentina un aumento desmedido producto de la voracidad de los formadores de precios”. “Hay que explicarles que no es el tiempo de ser voraces sino de ser solidarios, de pensar en los que menos tienen y en los que más les cuenta ganar un peso para poder alimentar a su familia”, planteó, y añadió que “es por eso que seguimos peleando por una Argentina más igualitaria y justa que todos soñamos”.
Acompañaron al presidente durante el acto los ministros de Trabajo, Claudio Moroni; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta y de Agricultura, Luis Basterra, la directora ejecutiva del Instituto Nacional de Juventudes, Macarena Sánchez, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.