El aumento del costo de vida producto de la suba de los precios por encima del de los salarios impacta sobre la estructura poblacional: la clase media cede cada vez más espacio en las estadísticas engrosando grupos poblacionales más vulnerables en términos de ingresos. En julio, una familia porteña necesitó 102.764 pesos para ser considerada de clase media sin contar el monto destinado al alquiler, porque la estadística toma como modelo una familia con dos hijos en edad escolar propietaria de una vivienda.
El informe de líneas de pobreza y canastas de consumo que publicó esta semana la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires arroja además que una familia compuesta por un varón y una mujer con dos hijos menores necesitó en julio 35.340 pesos para adquirir la canasta de alimentos básicos que marca la línea de indigencia. Se necesitó contar con 12.482 pesos más que el año anterior para no ser indigente, lo que representa un aumento de 54,6 por ciento interanual.
Esa misma familia necesitó 66.545 pesos para alcanzar la canasta básica total y no ser considerada pobre. Siempre sin tener en cuenta el alquiler. La linea de pobreza se elevó 21.727 pesos en un año, lo que representa un 47,6 por ciento interanual; y el ingreso del salario mínimo vital y móvil fijado en 25.920 pesos en julio no alcanza para superarla.
Para una pareja de 25 años económicamente activa y no propietarios de vivienda, el costo de la canasta fue de 45.183 pesos, mientras que la alimentaria se ubicó en 21.436 pesos. En cuanto a los jubilados, el informe sostuvo que un hogar de adultos mayores económicamente inactivos pero propietarios de la vivienda debió obtener mensualmente al menos 32.662 pesos para no ser pobres.
El informe establece los criterios de estratificación social que toma el distrito para delimitar los niveles socioeconómicos en base al ingreso. Además de los ya mencionados para pobreza, indigencia y clase media, estableció el criterio de la clase media "frágil" que lo integran las familias con ingresos de entre 82.212 y 102.765 pesos. Para que una familia sea considerada acomodada, sus ingresos deben ser por encima de los 328.848 pesos.
Media frágil
La clase media porteña pasó de representar en 2015 el 53,3 por ciento de la población a un 44,8 por ciento al primer trimestre de este año. Se trata de 650.000 hogares y 1.4 millones de personas. También se contrajo alrededor de un 30 por ciento el porcentaje de porteños y porteñas pertenecientes a los "sectores acomodados" desde 12,5 por ciento en 2015 a 8,6 por ciento en 2020.
Esos puntos de participación que perdieron los sectores de mayores estratos se los ocupó mayormente población en situación de pobreza e indigencia, aunque también una pequeña porción a una nueva clasificación denominada "clase media frágil", conformada por hogares cuyo ingreso total mensual tuvo que ser de al menos 82.212 pesos en julio de este año.
El porcentaje de población indigente pasó de 6,6 por ciento a 9,4 por ciento, el de pobres no indigentes de 10,5 por ciento a 17,1 por ciento, el de población "en situación vulnerable" de 8,8 por ciento a 11,1 por ciento y el del "sector medio frágil" de 8,3 por ciento a 9 por ciento.
A nivel nacional, la canasta básica alimentaria para una familia tipo en junio tenía un valor de 28.413 pesos y la canasta básica total de 66.488 pesos y acumulaban una variación interanual de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) de 57,6 por ciento y 51,8 por ciento, respectivamente.