Los talibanes tomaron este jueves la tercera ciudad de Afganistán, Herat, continuando con una feroz ofensiva frente a la que Estados Unidos anunció el despliegue de tres mil soldados para evacuar a su personal diplomático. En la madrugada del viernes los insurgentes también reivindicaron la conquista de la estratégica ciudad de Kandahar, lo que dejaría al gobierno con el control de la capital Kabul y un puñado de otros territorios. Ante el rápido y preocupante avance territorial, Afganistán ofreció compartir el poder con los talibanes.

Envío de tropas

En apenas una semana, los talibanes tomaron el control de 12 de las 34 capitales provinciales afganas y tienen rodeada la mayor ciudad del norte, Mazar-i-Sharif. Como muestra del descalabro, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron el despliegue de soldados para evacuar rápidamente su personal diplomático en Kabul

El Pentágono indicó que tres mil soldados serán desplegados en la capital afgana en las próximas 24 a 48 horas, insistiendo en que no atacarán a los talibanes. "Vamos a reducir nuestra presencia civil en Kabul ante la evolución de la situación de seguridad", dijo el vocero de la diplomacia estadounidense, Ned Price. "Esto no es un abandono, no es una evacuación completa, no es una retirada, es una reducción de nuestro personal civil", aclaró el funcionario.

Por su parte el ministerio de Defensa del Reino Unido anunció el envío de 600 militares a Afganistán para ayudar a los ciudadanos británicos a abandonar ese país ante el "rápido deterioro de la seguridad" y el aumento de la violencia. Las tropas permanecerán en Afganistán durante un "corto periodo" de tiempo, detalló Defensa en un comunicado, mientras la embajada británica en Kabul aceleró el trabajo para entregar visados a trabajadores vinculados con la delegación.

Caída de Herat

Gran ciudad del oeste de Afganistán, cerca de la frontera con Irán, Herat cayó este jueves bajo control de los talibanes. "Tuvimos que dejar la ciudad para evitar más destrucción", indicó a la agencia AFP una fuente de seguridad explicando que se habían retirado a una base militar cercana. Los talibanes "izaron sus banderas por toda la ciudad", dijo Masoom Jan, un residente. "Realmente tenemos miedo, nos tomó por sorpresa, no pudimos siquiera dejar la ciudad", agregó.

En la madrugada del viernes los talibanes también aseguraron haber tomado Kandahar, la segunda ciudad de Afganistán. Un residente confirmó la captura a la agencia AFP, señalando que las fuerzas del gobierno se retiraron masivamente a una instalación militar en las afueras de la ciudad. El miércoles los talibanes aseguraron que habían tomado la cárcel liberando a cientos de presos.

Poder compartido

Como parte de las negociaciones para frenar el rápido avance insurgente, el gobierno afgano propuso a los talibanes compartir el poder. El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, que desde el miércoles está en Doha para asistir a reuniones internacionales sobre el futuro del país, fue el encargado de presentar el plan a los mediadores de Qatar.

El gobierno propuso a "los talibanes un reparto de poder a cambio del fin de la violencia", dijo uno de sus negociadores en Doha, donde prosiguen las conversaciones de paz entre gobierno e insurgentes iniciadas en septiembre de 2020. En un comunicado que lleva la firma de la denominada Troika Ampliada reunida en Qatar y compuesta por representantes de Estados Unidos, Rusia, China y Pakistán, además de enviados de la ONU y países como Uzbekistán, Alemania y Reino Unido, las partes llamaron a un inmediato "cese de la violencia y las hostilidades" y reiteraron que no reconocerán a ningún régimen que se instaure a la fuerza en Afganistán.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, rechaza hasta el momento la idea de un gobierno que incluya a los talibanes. Y los insurgentes, que antes contemplaban con agrado la idea, podrían rechazarla ya que su ofensiva viene avanzando a un ritmo vertiginoso en los últimos días.

Los enfrentamientos tienen un costo terrible en la población civil. En un mes al menos 183 civiles, entre ellos niños, murieron en Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz, y cerca de 360 mil personas huyeron de sus hogares desde principios de 2021, según la ONU. Numerosos civiles han llegado en los últimos días a Kabul, donde, aún traumatizados por las atrocidades cometidas por los talibanes frente a sus ojos, intentan sobrevivir en campos de refugiados.

Las tropas internacionales completarán su salida de Afganistán a fines de este mes, veinte años después del inicio de su intervención para expulsar a los talibanes del poder luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Los militares norteamericanos no ocultaron en los últimos días su frustración ante la debilidad que muestra el ejército afgano, que Estados Unidos forma, financia y equipa desde hace años.