-¿Qué sintió con la vacuna?
-Lo mismo que todos. Que apenas uno cuenta que se vacunó lo primero que te preguntan es: “¿Cuál te dieron?” O algo así.
-¿Eso le molesta?
-No. Me gusta. Nunca antes supe las marcas de las vacunas que me di toda la vida: antigripal, antivariólica, la del sarampión… . Bueno estaba la Sabin, la de la polio. Pero no era la marca. Era por el tipo que la inventó. Pero eso ya me gustó. Porque era en gotas. Se diferenciaba de la que había hecho Salk, que era inyectable… Intramuscular. O sea: me gustó más la Sabin.
-A usted le gusta elegir, diferenciar.
-Sí. De chico. A mí me gustaba el Turismo Carretera, una categoría de competencias automovilísticas.
-Claro. Muy popular…
-Allí hay un extraño fenómeno: uno puede ser hincha de Ford o de Chevrolet. Es decir es simpatizante o fanático de una marca de autos. Algo ridículo.
-Bueno, pero es la prolongación de una rivalidad deportiva.
-No. Es un acto idiota. ¿Cómo uno puede ser hincha de una marca? De todos modos, un día, no sé por qué, me hice hincha de Panasonic. Si se puede ser hincha de una marca de autos, ¿por qué no de una de electrodomésticos? Reconozco también que es una idiotez. Pero me gusta.
-Bueno, uno puede confiar en una marca, por ahí es eso…
-Es que es más que eso. No es solo la confianza en la marca. El asunto también son las otras marcas. Tuve (y tengo) enfrentamientos con hinchas de Philco. Y también con la barrabrava de Sony…
-No sabía de esas cosas…
-Siempre se arman bardos en los Garbarinos, en Rodó… en Fravega menos, porque hay más vigilancia. Grupo Márquez siempre se pone bueno. Hay amistad con LG. Por lo menos en la parte de lavarropas y casi toda la línea blanca.
-No sabía que había hinchadas de electrodomésticos…
-También soy de la barrabrava de Don Satur que siempre arma goma con los de 9 de Oro.
-Ahora entiendo. Cuando estaba llegando lo vi gritándole a alguien que parecía estar en la vereda de enfrente…
-“Corriste Terrabusi amigo de la yuta”… eso le grité. Porque soy de Bagley. Es un sentimiento. No puedo parar.
-Sabía que esas rivalidades estaban en el rock…
-En el rock soy del Indio y de los Beatles soy hincha de Lennon. McCartney es en este caso el yuta. Con Pimpinela banco a Lucía y no al de barba. También soy hincha de los números pares. No me banco el atrás. Soy hincha de adelante y de la rima consonante.
-¿Qué más?
-De lo dulce y no de lo salado. De Pepsi y de Avellaneda. Y en Avellaneda, de Gerli. Y en Gerli, de Villa Echenagucía. Y en Villa Echenagucía, de Lacarra y De la Serna… no voy a especificar fanático de cuál de las cuatro esquinas soy. No quiero problemas con la gente de las otras tres esquinas. También de Buster Keaton y no del cagón de Chaplin.
-Entiendo. Su identidad también está hecha de otros. De contrarios. De espejos…
-Ayer me pegó un hincha de Uvasal. Pero fue un mano a mano. Eran seis y yo estaba solo en la farmacia. Tienen códigos. No como los hinchas de los crustáceos, o de los semáforos que muestran un tipito blanco que camina. O de Fender. Porque yo soy de Gibson.
Y soy más de la palabra y no de la imagen. El otro día uno dijo que valía más. Lo cagamos a piñas. Éramos como mil. También me gusta cuando se arma cachengue entre Filosofía y Letras. Nos agarramos a piñas con los existencialistas.
-¿Por?
-Por nada.
-¿Tiene gato o perro?
-Soy de tener conejos, pero hago la amistad con los hinchas de tener un hámster. Pero no con los de tener un hámster y hacerlo caminar en la ruedita. A mí los hámsters que caminan en rueditas no me gustan.
Son como una metáfora burda de mí mismo, en donde me veo alienado corriendo dentro de un sistema de identidades que gira y no me lleva a ninguna parte. También lo del hámster puede ser un metáfora del ser humano en el capitalismo. Y yo no me banco las metáforas. Yo soy más de la paradoja. Como ahora que siendo hincha de la Sputnik me di la segunda de Moderna. Es yanqui y nunca me la banqué.
Análisis y reflexión:
Confiamos en el criterio de quienes leyeron lo anterior, pero también sugerimos lo que comenta la Lic. Loli Swarberg, psicóloga en jefe de Mundo Marino y reconocida anticomunista:
Henri Tajfel y la Dra. Julia Hermida afirman que las personas tienden a armar grupos de autopreferencia. Y que es un mecanismo evolutivo basado en las ventajas que ofrece la afiliación: principalmente la protección.
Ya sea con patrias o clubes, siempre hay emblemas, colores y banderas. Las marcas también lo son. Y como si fuera un carnet o un escudo de armas, constantemente aparecen logotipos como una oferta para armar nuestra identidad. Volver a elegir una marca o cambiarla son ritos o hitos para confirmar quienes somos.
Los comunistas que lean esto no deberían molestarse: en el capitalismo abundan marcas como peces en el mar. De ellas nos alimentamos. Es inevitable. Además siempre se sospecha de un producto que viene en una bolsa sin marca. Así que a aflojar con Mercedes Sosa y gozar un poco más de elegir Odorono.