Piensan que la economía del segundo trimestre de este año fue peor que el terrible segundo trimestre de 2020, cuando la pandemia sólo generaba desolación laboral, social y sanitaria. La expectativa para dentro de doce meses es todavía más negativa: proyectan 2022 con un retroceso mayor que en éste y, por lo tanto, por debajo del momento más crítico de la pandemia. Pero, a la vez, estiman que el volumen de ventas de sus negocios subirá o se mantendrá en los próximos doce meses.
¿Quiénes exponen estas percepciones contradictorias, además de dramáticas? La mayoría de los más importantes dueños y ejecutivos de las principales grandes empresas que operan en el país.
Esta desmesurada y alejada lectura con mínimo rigor acerca de la realidad económica local junto a otras definiciones surge del interior del poder económico a partir de la encuesta más calificada que se realiza desde hace años a los CEO (Chief Executive Officer).
Las consultas que se repiten en cada trimestre del año permiten conocer qué tienen los CEO en la cabeza sin ningún tipo de represión política o de intereses de negocios, pues se trata de un relevamiento que respeta el anonimato de los entrevistados.
La encuesta es elaborada por Vistage, organización líder mundial de CEO, altos ejecutivos y dueños de empresas que nació en Estados Unidos en 1957. Con oficinas en 20 países es una comunidad global de más de 24.000 miembros.
En Argentina, Vistage funciona desde el 2000 y cuenta actualmente con más de 1800 miembros entre altos ejecutivos, CEO y dueños de empresas, con grupos en Capital y GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza, San Juan, Jujuy y Salta.
Cómo se consiguieron las opiniones de 362 CEO
A partir de las respuestas de los CEO, Vistage elabora un Índice de Confianza Empresaria. El último relevamiento alcanzó 84 puntos, correspondiente al segundo trimestre del año.
El sondeo refleja la opinión de 362 empresarios: CEO, gerentes generales y dueños de empresas, quienes respondieron acerca del comportamiento de la economía, la rentabilidad de las compañías, los niveles de venta, la inversión en activos fijos, la cantidad de empleados prevista para los próximos 12 meses y los principales problemas que transitan las empresas en la actualidad, entre otros temas. Las respuestas obtenidas fueron recabadas del 28 de junio al 12 de julio de 2021.
El Índice de Confianza de este período comparado con el anterior se mantiene estable, con una leve baja de 2 por ciento y acumula una importante recuperación con respecto al mismo periodo del año anterior. Mejora, igualmente, que no tiene coherencia con las percepciones terribles que manifiesta la mayoría para el presente y el futuro inmediato.
Este indicador nació en Estados Unidos en el primer trimestre de 2003 y se posicionó como el único y mayor informe general de las proyecciones de CEO y líderes de pequeñas y medianas empresas en Estados Unidos.
En Argentina comenzó a realizarse en 2006 y, desde entonces, Vistage consulta trimestralmente a los altos ejecutivos y líderes empresarios para conocer sus proyecciones y el nivel de confianza en los negocios.
“Los resultados del Índice de Confianza del segundo trimestre de 2021 ponen en evidencia que la incertidumbre generada a nivel global y local por la pandemia aún no terminó, pese a que comienza a verse una salida a la crisis sanitaria mundial. Si bien las expectativas económicas siguen teniendo una impronta desfavorable, como señal positiva los empresarios afirman que la plantilla de empleados se mantendrá y en muchos casos, aumentará”, expresó Guadalupe San Martín, CEO de Vistage Argentina.
Los principales resultados de la encuesta
Resulta muy revelador el saldo de las respuestas de los CEO a las principales consultas de la encuesta:
1. Comparado con un año atrás, ¿cómo se comportó la economía argentina (en general)?
El 54 por ciento dijo que empeoró en abril-mayo-junio 2021 versus abril-mayo-junio 2020. La mayoría estima que ese trimestre fue peor que el mismo período del peor momento económico de la pandemia. El 24 por ciento dijo que el panorama fue igual.
O sea, el 78 por ciento de los CEO está convencido de que, pese a que indicadores objetivos de la macroeconomía dicen lo contrario, la situación en este año está peor o igual que en el peor momento de la pandemia.
A pesar de que a esta altura pocas cosas deberían sorprender de una clase empresarial conservadora, esta evaluación es increíble en el sentido del término como imposible de que alguien pueda opinar algo semejante tan disociado de la comprensión de la realidad vivida por gran parte de la sociedad.
2. En los próximos doce meses, ¿cómo espera que se comporte la economía argentina?
El 47 por ciento afirmó que peor y 33 por ciento igual. Para el 2022, con supuestamente la pandemia superada y luego de un año de recuperación de 7 a 8 por ciento del PIB, con elevada probabilidad de una continuación del crecimiento, el 80 por ciento de los CEO encuestados proyecta que la economía estará igual o peor que en este año, que, además, para la mayoría es peor que el del primer año de la pandemia.
Con estas respuestas surge inmediatamente el siguiente interrogante: ¿Se puede estar peor que en el peor momento de la pandemia? Contra toda lógica de funcionamiento de la economía local e internacional para gran parte de los CEO, sí.
3. ¿Cómo cree que se comportará el volumen en unidades vendidas de su empresa en los próximos doce meses?
El 45 por ciento aseguró que aumentará y el 40 por ciento dijo que será igual. O sea, el 85 por ciento proyecta crecimiento o iguales niveles de ventas.
El aspecto llamativo de esta respuesta es que quienes la ofrecieron fueron los mismos que indicaron que el panorama de la economía que viene estará peor que en el peor momento de la pandemia.
Es una línea de razonamiento compleja de seguir, salvo que se especule con que, pese a los estudios calificados que poseen para llegar a esos máximos puestos de conducción y, por lo tanto, el rol destacado que ocupan para manejar grandes empresas, son personas muy influenciables por medios de comunicación opositores y por la secta de economistas de la city que les venden a muy buen precio los sesgados y ortodoxos informes semanales y mensuales.
¿Y qué proyectan sobre la tasa de inflación y la cotización del dólar?
Dos variables clave para evaluar las expectativas acerca de la economía argentina son la inflación y el tipo de cambio. En términos anuales, los CEO calculan que el promedio de precios medido por el IPC sería de 50 por ciento y la paridad cambiaria terminaría el año en 151 pesos.
Ambas estimaciones aumentaron en comparación al anterior relevamiento correspondiente al primer trimestre del año: la inflación sería de 47,4 por ciento y el tipo de cambio, 144,42 pesos por dólar.
Si bien la determinación de los precios de la economía tiene diferentes componentes, lo cierto es que las empresas fijan sus precios en función de las expectativas que van teniendo. Si estiman un 50 por ciento aplican, por lo menos, ese porcentaje a los bienes y servicios que venden mientras el mercado lo vaya convalidando.
La tasa de inflación de estos meses ha comenzado un lento proceso de desaceleración desde niveles elevados. Pese a esa tendencia, los CEO subieron las proyecciones de aumento de precios de un trimestre a otro.
Con el valor del dólar la proyección es confusa porque no se precisa en la encuesta a qué tipo de cambio se refiere. Si se tratara de la cotización oficial sería una opinión fuera de registro de la realidad, puesto que no existe chance de que el Gobierno aplique un ajuste de 50 por ciento hasta fin de año.
Si se tratara de la paridad del blue, que el viernes cerró en 180 pesos, estaría manifestando una visión optimista alejada del resto de las respuestas entregadas en la encuesta. Lo mismo se puede considerar con respecto a las cotizaciones de los dólares Contado con Liquidación y MEP, cuyos últimos precios fueron 165 y 169 pesos, respectivamente.
Otra pregunta de la encuesta a los CEO fue: ¿Cuál es el problema de negocios más importante de su empresa en la actualidad?
El 43 por ciento dijo: "Incertidumbre económica (preocupaciones por la economía local o internacional, finanzas públicas)".
Esta respuesta confirma que los CEO son personas muy influenciables por el microclima construido por medios de derecha y consultores de la city. Ese problema que se ubicó en el primer lugar del ranking de inquietudes tiene un componente de subjetividad elevado, por encima de cuestiones propias de sus negocios:
* Mayores costos (energía, materia prima, salarios): 16 por ciento.
* Personal (encontrar, contratar, retener, capacitar): 16 por ciento
* Temas financieros (financiación, flujo de caja, rentabilidad): 11 por ciento.
* Crecimiento (demasiado lento o demasiado rápido): 10 por ciento.
Cómo se construyen las expectativas económicas y las profecías autocumplidas
La encuesta a CEO es muy interesante no sólo por el saldo de sus respuestas y las contradicciones expuestas, sino, fundamentalmente, porque constituye un insumo esclarecedor de cómo se van construyendo las expectativas sociales y las profecías autocumplidas.
Los analistas económicos del establishment tienen la habilidad de confundir en forma permanente sobre aspectos básicos y concretos de la economía buscando la profecía autocumplida. Esta es una predicción que directa o indirectamente se pretende que se convierta en realidad. Si se difunde que va a escasear determinado alimento o combustible, muchos probablemente salgan a comprarlo. Este previsible comportamiento social de acopio contribuirá a que aquella sentencia se concrete en la realidad.
Robert K. Merton, en Teoría social y estructura social, explica que la profecía autocumplida es, en sus comienzos, una definición falsa de una situación que conduce a un nuevo comportamiento que convierte en verdadera la concepción inicialmente falsa. Una sentencia declarada verdadera cuando no lo es puede influir lo suficiente sobre las personas, ya sea por miedo o confusión, de modo que sus reacciones conviertan finalmente en cierta la falsa enunciación inicial.
Las personas, en este caso los CEO, no actúan simplemente de acuerdo a cómo se les presentan las diversas situaciones de la empresa, sino también, y a menudo principalmente, en la manera en que perciben tales situaciones y al significado que les dan a las mismas. Una vez que una persona –un CEO- se convence a sí misma de que una situación tiene un cierto significado, y al margen de que realmente lo tenga o no, adecuará su conducta a esa percepción con consecuencias en el mundo real.
Para la gestión diaria de la economía del país, la distorsión de la realidad, ya sea por desinformación y/o por anteojeras ideológicas, de máximos ejecutivos de grandes empresas, como queda reflejada en esta encuesta, plantea inmensos desafíos que exceden la mayor o menor sintonía fina de la política económica.