El subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, advirtió que la situación actual del río Paraná es “muy mala” y que “es la manifestación más evidente del cambio climático en nuestra región”. La bajante podría superar la marca histórica de hace 77 años.
"Estamos en una situación muy mala con una perspectiva de estar un poquito peor inclusive", manifestó Borús
"Es un escenario tan especial esto que estamos viviendo que no tiene mucha comparación con los últimos 80 años, con lo cual eso dificulta mucho la tarea de mirar para adelante y hacer un pronóstico porque la cuenca ha cambiado tremendamente", sostuvo el funcionario.
Borús remarcó que es difícil saber qué sucederá con la bajante en el río que "todavía no se ha declarado fuertemente” por “dos razones”. “Primero porque hubo algunas lluvias sobre la cuenca del Iguazú recientemente que mejoran un poco la situación y, por otro lado, Brasil tiene todavía algunas reservas en los embalses de la alta cuenca y del río Iguazú, y ha descargado parte de esas reservas de manera tal que el caudal que entra al territorio argentino todavía no es tan bajo como lo que hubiésemos esperado".
El funcionario afirmó que la normalización de las lluvias ayudaría a mejorar la situación, pero que no se observa ese cambio en los pronósticos meteorológicos.
Por otro lado, respecto a las consecuencias de la bajante, el ingeniero explicó en declaraciones a TN que "el impacto que provoca hoy una bajante como esta es mucho mayor del que provocó la marca histórica de 1944".
"Argentina es cada vez más Paraná-dependiente, y afecta la navegación, la fauna íctica, las tomas de agua, no solamente en cantidad de agua sino en calidad también".
La fauna del río, agregó, “está siendo fuertemente afectada, pero no tanto por los niveles bajos sino por la persistencia de la situación, que no tiene visos de terminar” y eso “pone en jaque a todas las actividades que tienen que ver con la pesca”.
Borús subrayó que “la situación actual de la cuenca del Paraná es "la manifestación más evidente del cambio climático en nuestra región” y que tanto las bajadas como las crecidas extremas, “con mucha frecuencia” hace que “todas las herramientas que tenemos para trabajar con el Paraná tienen que estar adaptadas a los dos extremos”.
"El sistema de alerta hidrológico de la cuenca del Plata, en los 38 años que tiene, nunca ha tenido una bajante medianamente significativa o medianamente persistente, por eso es que es un desafío en esta oportunidad", concluyó.