El ahora expresidente afgano, Ashraf Ghani, dijo que huyó del país el domingo para "evitar un baño de sangre", cuando los talibanes hicieron su ingreso en Kabul, capital del país. La palabra del mandatario se conoció minutos después de que los propios combatientes talibanes difundieran fotos de su irrupción en el palacio presidencial. "Los talibanes ganaron [...] ahora son responsables del honor, de la posesión y de la autopreservación de su país", apuntó Ghani en un mensaje en Facebook.
"Ahora se enfrentan a una nueva prueba histórica. O bien preservan el nombre y el honor de Afganistán o bien le darán prioridad a otras redes", añadió el presidente. Si bien aún no se conoce a que destino partió Gahni, cronistas locales informaron que lo más probable es que se haya marchado a Tayikistán, nación ubicada en la frontera noreste de Afganistán. Mientras tanto, tanto Estados Unidos como otras naciones (Canadá, Alemania y Francia, entre otras) comenzaron a evacuar a sus diplomáticos por medio del aeropuerto de Kabul, que quedó habilitado únicamente para vuelos militares.
Por último, Ghani inistió que los talibanes deben garantizar la seguridad de todos los residentes del país y ganar la legitimidad con "todas las personas, naciones, diferentes sectores, hermanas y mujeres del Afganistán". "Deben dejar un plan claro para hacer y compartirlo con el público. Siempre seguiré sirviendo a mi nación con un momento intelectual y un plan para desarrollar", completó en un comunicado.
La noticia de su huida había sido anunciada por Abdullah Abdullah, excanciller y actual presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional. "Se fue de Afganistán en momentos difíciles. Que Dios lo haga responsable", expresó en un video, también publicado vía Facebook.
En ese sentido, tras la salida del jefe de Estado, el Ejecutivo quedó a cargo de un consejo de transición, integrado por el propio Abdulla y el expresidente Hamid Karzai, quienes serán los encargados de entregar el poder a los talibanes. Por su parte, el comando talibán afirmó que no habrá un gobierno de transición, sino "un traspaso completo" del poder.