“Rodolfo Walsh es el periodista más notable del siglo XX, como Alberdi y Sarmiento lo fueron en el siglo XIX; son próceres de la argentina que tuvieron un discurso muy diferente que expresó la famosa grieta”, dijo María Seoane en la charla “De Alberdi a Walsh. Los debates que atravesaron la historia”, organizada por la revista Caras y Caretas y el Grupo Octubre en la Feria del Libro de Buenos Aires, en la que participó junto a Felipe Pigna y Cecilia Fumagalli. “La grieta son los debates, las discusiones sobre cuál es el curso que tiene que tomar un país. Nosotros creemos en la democracia, pero lo que acaba de ocurrir con el ‘2 x 1’ de la Corte Suprema nos retrotrae a una sociedad en muchos sentidos pre democrática. La grieta no se va a resolver, sino que se va a profundizar porque están en juego cuestiones centrales que hacen a los pactos civilizatorios. Los argentinos tenemos dos pactos civilizatorios: la educación pública y el Nunca más; por lo cual violar esos pactos civilizatorios es ponernos en una situación de extremado peligro institucional”, alertó Seone, directora de contenidos editoriales.
Seoane recordó que en los años 50 Walsh militaba en el nacionalismo y tenía un hermano que integró la patrulla de la aviación naval que bombardeó la Plaza de Mayo en junio de 1955. “Walsh escribió un texto elogioso por esos marinos que eran como cruzados de la libertad; eso era lo que decía entonces la propaganda oficial. Con el correr del tiempo le tocó a Walsh estar en un bar y escuchar que alguien decía: ‘hay un fusilado que vive’. Walsh percibe que había una persecución descarnada de los sectores populares y eso lo torturaba; por lo cual hizo una opción que fue perseguir la verdad respecto de los fusilamientos de José León Suárez. Entonces escribe Operación masacre, un texto fundacional porque él usa los recursos de la no ficción, es decir cuenta la verdad y es fiel a los hechos, pero novela la historia porque la historia además es en sí misma una novela. En ese sentido se adelanta al non fiction, que se le da el mérito a Truman Capote en A sangre fría”. La periodista comparó las trayectorias políticas y precisó que Walsh “tuvo el talento de indignarse frente al crimen y la injusticia” como le pasó a Alberdi en la Guerra del Paraguay, cuando Sarmiento, ministro de Mitre, “cortaba cabezas porque no había que ahorrar sangre de indios”.
Fumagalli, directora periodística de Caras y Caretas, señaló que Walsh “es como nuestro héroe” y que su obra es reivindicada en este momento en que el periodismo está “tan puesto en cuestión”. “Estamos en la era de la posverdad y asistimos a un bombardeo mediático impresionante desde distintas usinas de comunicación que repiten un discurso único. Más que periodismo, yo diría que estamos asistiendo a la era del panelismo: se pregunta y se contesta desde el no saber y se generan verdades a partir de prejuicios, de presupuestos, desde el sentido común más básico y se está dejando de lado el pensamiento crítico que tanto necesitamos en estos días”. El último número de la revista aparece “el Alberdi olvidado que los liberales no quieren recordar, un hombre muy coherente que ideó las bases de nuestra Constitución Nacional”, planteó Pigna, director general de Caras y Caretas. El historiador mencionó el artículo 30 que permite “la reforma permanente de la constitución a través de asambleas constituyentes, entendiendo que no tiene que ser un texto congelado que quedara siempre igual, sino que pudiera ir adaptándose a las necesidades de la patria”.
Pigna reflexionó sobre la figura de Alberdi, un hombre que polemizó con Sarmiento en torno a Urquiza y al nuevo paradigma que tendría la patria después de Caseros. “Para debatir estos hombres escribían libros, como las Cartas quillotanas de Alberdi o Las ciento y una de Sarmiento. A diferencia de Intratables, es un poco distinto el nivel de debate, donde hay fundamentos y se plantean ideas”, ironizó el historiador y subrayó que el enfrentamiento más bravo lo tuvo con Mitre por la Guerra del Paraguay. “Alberdi dice que la civilización está en el Paraguay y la barbarie está en la Triple Alianza. Él denomina a esa guerra ‘guerra de la Triple infamia”, repasó el historiador y ponderó que Alberdi es “un personaje muy crítico del liberalismo argentino siendo un liberal”. “Él dice que los liberales argentinos son amantes de una deidad que no han visto ni conocen y que para el liberal argentino el disidente es el enemigo”.
Hacia el final de la charla, Seoane afirmó que “no hay versión más salvaje del liberalismo que el neoliberalismo” y explicó que en el país hubo tres grandes olas neoliberales: en el 76 con “la violenta inclusión de Argentina en la transnacionalización forzosa del capitalismo financiero y la destrucción de una estructura industrial construida durante casi 60 años”. En los años 90, “el menemato significó el mecanismo de destrucción del Estado entendido como propietario del patrimonio social” y agregó que este presente neoliberal está marcado por el saqueo de los recursos naturales. “En los tres momentos hay un común denominador: la deuda externa. Y todo lo hacen en nombre de la libertad y de la república que violan todo el tiempo”, afirmó la periodista. “Hablar de Alberdi, hablar de Walsh, es hablar de la misma historia argentina en tiempos y oficios diferentes. Una en el siglo XIX y otro en el siglo XX; las dos cuestiones siguen inconclusas. Y habrá que hacerse cargo, argentinos, de eso”, concluyó Seoane.