La decisión de Estados Unidos de retirar sus tropas de Afganistán, frente el avance de los talibanes y la huida del presidente Ashraf Ghani, continúa generando reacomodamientos entre sus aliados de la OTAN durante los 20 años de guerra. "Siempre dijimos que nos quedaríamos si los estadounidenses se quedaban", indicó la canciller alemana, Angela Merkel, quien prepara el retiro de sus tropas y calificó de "amarga" la situación actual en el país de Medio Oriente y los días que le seguirán para quienes quieran huir del ahora territorio talibán.
Las primeras definciones de la canciller alemana se conocieron a partir de las repercusiones de una reunión privada del partido, publicadas por AFP, en la que Merkel aclaró que la decisión de abandonar Afganistán fue "esencialmente tomada por Estados Unidos" y consideró que se debió a "razones de política interna".
A partir de Estados Unidos, que el domingo tomó el control del aeropuerto de Kabul para asegurar la retirada del personal militar y diplomático, Merkel explicó que "hubo un efecto dominó". El primer ministro británico, Boris Johnson, también ordenó el retiro de sus tropas y expresó públicamente que "no hay solución militar en Afganistán", aunque convocó a seguir trabajando para que el país no se transforme en "un caldo de cultivo" para el terrorismo.
A pesar de la molestia que se percibe por parte del gobierno alemán ante la decisión de su socio militar, en la reunión de partido Merkel habría reconocido los motivos de la decisión de Biden debido al duro costo en vidas de militares norteamericanos que han tenido los 20 años de guerra contra los talibanes.
La canciller alemana anticipó que, a partir de ahora, "numerosas personas van a querer abandonar" Afganistán y dijo estar dispuesta a ayudar a los migrantes forzadas de la avanzada talibán junto a las ONG que trabajan para asistirlos.