El mulá Abdul Ghani Baradar Akhund, jefe de la oficina política talibán en Qatar, llegó este martes a la ciudad de Kandahar en Afganistán en el primer viaje oficial de un líder talibán al país luego de la caída del régimen insurgente en 2001. Apenas hace un día el mulá Baradar brindó un discurso anunciando el fin de la guerra de Afganistán y la victoria talibán sellada con la huida del expresidente afgano Ashraf Ghani y la toma del palacio presidencial en Kabul. La vuelta del cofundador y número dos de los talibanes a Kandahar, antigua capital de los talibanes entre 1996 y 2001, oficializa el regreso de los insurgentes al país.
Abdul Ghani Baradar es el líder general de los talibanes y también uno de los fundadores del movimiento insurgente. El mulá -denominación utilizada para identificar a las personas con amplios conocimientos en el Corán- fue liberado de una cárcel en Pakistán hace menos de tres años a petición del expresidente estadounidense Donald Trump. Este martes volvió a la provincia de Kandahar donde hace casi tres décadas nació el movimiento talibán.
"Una delegación de alto nivel encabezada por el mulá Baradar salió de Qatar y llegó a nuestro amado país esta tarde, aterrizaron en el aeropuerto de Kandahar", declaró por Twitter Mohamad Naeem, un portavoz de los talibanes.
Inicios
El mulá Baradar Akhund nació en la provincia de Uruzgán en 1968, unos 600 kilómetros al sudoeste de la capital Kabul. Durante la década de 1980 luchó en los muyahidines contra los soviéticos. Los muyahidines eran guerrilleros afganos apoyados económicamente por Estados Unidos para llevar adelante una rebelión contra las fuerzas rusas. Tras la expulsión de la presencia de Rusia en 1989, Baradar creó una madrasa (o escuela religiosa) en Kandahar junto a su antiguo comandante y reconocido cuñado, Mohammad Omar (a quien el gobierno afgano dio por muerto desde 2013). Los dos mulás fundaron el movimiento talibán, que sería liderado por jóvenes eruditos del islam dedicados a la purificación religiosa de Afganistán y a la creación de un emirato.
En estos últimos días, el movimiento insurgente avanzó a ritmo acelerado sobre las capitales provinciales de Afganistán. El control talibán de las principales ciudades, y finalmente la capital Kabul tomó por sorpresa a los gobiernos de occidente. Algo similar pasó en 1996 cuando los talibanes ocuparon de forma sorpresiva las cabeceras provinciales. En esa ocasión Baradar, el adjunto del mulá Omar, fue un artífice clave de esas victorias, con el apoyo de la agencia paquistaní de Inteligencia (ISI).
Considerado un estratega muy eficaz, el mulá Baradar ocupó una serie de funciones militares y administrativos durante los cinco años del régimen talibán. Para el momento de la intervención de Estados Unidos y el derrocamiento del liderazgo insurgente en 2001, Baradar era el viceministro de Defensa.
Exilio
Tras su expulsión de Afganistán, el mulá Baradar aún conservaba su reputación de líder militar y operador político. Para la diplomacia occidental Baradar era cercano al ala Shura de Quetta de los talibanes en el exilio, una facción se prestaba al diálogo político con Kabul y resistía el control de los ISI paquistaníes.
Pero en EEUU pesaba más su antecedente militar que sus inclinaciones moderadas durante el exilio. En 2010 la CIA lo localizó en la ciudad portuaria de Karachi y en febrero de ese año logró que los servicios de inteligencia de Pakistán lo detuvieran. Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca cambiaría el destino del mulá Baradar.
El lado diplomático
En 2018, el enviado afgano de Washington, Zalmay Khalilzad pidió a los pakistaníes por la liberación del fundador de los talibanes para que pudiera dirigir las negociaciones en Qatar con la idea de lograr un reparto de poder entre los insurgentes y depuesto gobierno afgano. Los diálogos en Doha aumentaron el peso diplomático de los talibanes, y convirtieron al mulá Baradar en una de las caras más conocidas de ese acuerdo. En febrero de 2020 Baradar firmó el acuerdo en Doha con Estados Unidos, presentado por la administración republicana como un avance hacia la paz. En septiembre de 2020 se reunió con el entonces secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo cuando EEUU aún repliegue dignificado de sus tropas.