A 10 años del homicidio de Diego Iván Pachao, y por tercera vez desde que inició la investigación, se confirmó la elevación a juicio de la causa. Por su muerte, deberán responder ante un tribunal de enjuiciamiento seis policías y los hermanos Lucas y Darío Leiva.
La causa que inició con 11 policías acusados de vejaciones e incumplimiento de los deberes de funcionario público, un médico de policía y los hermanos Leiva, por el supuesto delito de homicidio preterintencional había sido enviada a juicio en dos oportunidades anteriores, pero apelada por las partes. Finalmente, y tras quedar firme el último fallo de apelaciones, la jueza de Control de Garantías de Tercera Nominación, Rita Cisternas, la elevó a debate nuevamente ayer lunes.
En medio del proceso, fueron sobreseídos por extinción de la acción penal, el médico y siete de los policías involucrados. Hoy quedan imputados, además de los hermanos Leiva, los policías; Gustavo Eduardo Bulacios, Claudio Yani Nieva, Ramón Ariel Quevedo, Ricardo Darío Barrera, Ricardo Varela y Jorge Montivero, quienes nunca fueron pasados a disponibilidad ni investigados por la propia fuerza de seguridad como establece el reglamento interno.
Homicidio
El 11 de marzo de 2012, a las 10 de la mañana, Diego y su amigo Leonel González fueron detenidos por efectivos de la Comisaría Séptima en la Avenida Los Legisladores, en la zona norte de San Fernando del Valle de Catamarca. Casi 24 horas después, el día 12 a la madrugada, Diego salió en ambulancia de la Comisaría rumbo al Hospital San Juan Bautista, donde falleció el 14, como consecuencia de dos golpes mortales en su cabeza, constatados mediante una tomografía.
Horas antes de la detención, alrededor de las 6 de la mañana del 11 de marzo, testigos señalaron que Diego había intervenido para separar a su amigo Leonel de una pelea que había entablado con los hermanos Lucas y Darío Leiva. Una pelea que no dejó marcas visibles en ninguno de los dos amigos y que así fue constatado por el médico Duilio Gallo Canciani, cuando los jóvenes fueron llevados por los uniformados a Sanidad Policial, alrededor de las 12 del mediodía.
Testigos y careos, más la negativa de los efectivos de la Comisaria Séptima a dejar que la mamá de Diego, Claudia Véliz, lo viera mientras estuvo detenido por averiguación de antecedentes y medio de vida, revelaron que el joven fue golpeado con bastones por los policías dentro del propio destacamento. Sin embargo, y pese a que las pruebas obraban en el expediente, los primeros fiscales instructores que tomaron la causa, Marcelo Sago y Miguel Mauvecín, desecharon la hipótesis del maltrato policial e imputaron por homicidio preterintencional a los hermanos Leiva.
La causa sumó luego al médico de policía a quien acusaron de no haber visto los hematomas de los golpes que causaron la muerte de Diego, y que Gallo Canciani aseguró que al momento de su detención, cuando él lo revisó, no los tenía. Y también se agregó a los 11 efectivos de la guardia de la Comisaría Séptima.
10 años pasaron desde aquel momento. La madre de Diego, cada año organiza marchas en pedido de justicia. Para ella y su familia los 11 policías debieron ser imputados por el delito de tortura seguida de muerte y liberado a los hermanos Leiva, de quienes aseguran que no fueron los responsables.