Barb and Star van a Vista Del Mar               7 Puntos

Barb and Star Go to Vista Del Mar; Estados Unidos, 2021.

Dirección: Josh Greenbaum.

Guion: Annie Mumolo y Kristen Wiig.

Duración: 107 minutos.

Intérpretes: Kristen Wiig, Annie Mumolo, Jamie Dornan, Wendi McLendon-Covey y Damon Wayans Jr.

Estreno en HBO Max.

Damas en guerra (2011) catapultó a la fama a Kristen Wiig y Melissa McCarthy e insufló nuevos aires a la comedia norteamericana de entonces, dándole una impronta femenina allí donde solo había hombres y más hombres. Wiig fue una de las guionistas junto a Annie Mumolo, quienes vuelven a encontrarse en Barb and Star van a Vista del Mar. Se encuentran detrás de cámara, en tanto repiten rol de guionistas, y también delante, ya que le ponen el cuerpo a las dos amigas que viven una serie de aventuras en la ciudad balnearia ficticia aludida en el título. Aventuras mayormente absurdas y de una inocencia supina, lo que hace de Barb and Star…. una apuesta demodé por su blancura y transparencia, por su tontería y ausencia de trasfondo. Una película que habla sobre nada, que solo quiere divertir a como dé lugar: una excepción en un género cada vez más volcado al cinismo, la ironía, la metadiscursividad y el ombliguismo.

"Bromance" es un acrónimo de brother (hermano) y romance que define, en materia audiovisual, a aquellas películas con amigos que celebran su relación con gestos y actitudes sentimentales muy similares a los de las parejas enamoradas. Barb and Star… sería, entonces, lo que la periodista Maia Debowicz llamó sismance, con “sis” refiriendo a sister (hermana): una película con dos amigas hechas la una para la otra que comparten absolutamente todo, desde un trabajo como vendedoras en un local de artículos para el hogar hasta un club de charla (¿?) donde varias mujeres se juntan a conversar sobre un tema elegido por sorteo. Entre ellas está Delores (Phyllis Smith, de la serie The Office), que con su obsesión por querer hablar solo de caballos exhibe el nivel de desajuste que hermana a todos los personajes. Un arquetipo que recuerda al de las películas de Will Ferrell y Adam McKay (El reportero: la leyenda de Ron Burgundy, Hermanastros, Policías de repuesto), nada casualmente productores a través de la compañía Gloria Sanchez Productions, un desprendimiento de su empresa Gary Sanchez Productions focalizado en proyectos de comediantes mujeres.

Tan amigas son Barb (Mumolo) y Star (Wiig), tanto se necesitan, que van a trabajar en sus francos solo para hacerle compañía a la otra. El anuncio del cierre de la sucursal (“Cerraron todas hace siete meses, pero se olvidaron de avisarnos”, justifica el jefe) enciende la posibilidad de unas vacaciones en un coqueto resort de Florida. El mismo donde la malvadísima Sharon Gordon Fisherman (también a cargo de Wiig) planea lanzar un dispositivo para atraer moscas asesinas, abriendo una segunda subtrama que lleva al lugar a su asistente Edgar (Jamie Dornan, el sadomaso millonario de la saga Cincuenta sombras). Edgar conoce a las chicas en la pileta, ambas quedan flechadas por él y terminan enfiestadxs en la habitación. Y entonces Edgar duda y hace un número musical en el que exhibe sus sentimientos. Mientras camina por la playa cantándole al amor, no pregunta por sus decisiones a Dios ni al destino, sino a lo que ve. “Oh, paloma que está arriba del neumático, ¿estoy haciendo lo correcto?”, dice, mientras la cámara muestra, claro, una paloma parada en una goma en la playa. No hay metáfora ni doble sentido posible si, como se dijo, Barb and Star van a Vista del Mar maneja una comicidad basada en la literalidad absoluta, en lo que se ve.

La película de Josh Greenbaum parece retrotraerse a la Nueva Comedia Americana de fines de los ’90, con la bonhomía innegociable de esas mujeres que manejan una paleta de sentimientos positivos como pocos personajes lo han hecho en los últimos años y una apuesta innegociable por una cosmovisión donde impera la felicidad. Hubiera sido más coherente que el relato evitara caer en el vicio contemporáneo de recurrir a una villana que quiere vengar un trauma infantil poniendo al mundo de rodillas. Pero hasta en ella termina aflorando un núcleo bondadoso, última muestra de que Barb and Star van a Vista del Mar es de esas películas donde nada, nada, nada puede salir mal.