El proyecto de promoción de inversiones en el área de hidrocarburos elaborado por la Secretaría de Energía, con respaldo de diversas áreas de gobierno, está a punto de ser elevado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, al presidente de la Nación para su remisión al Congreso quizás en la próxima semana. El nuevo esquema de promoción y fomento de la actividad apunta a incrementar la producción de petróleo y gas tanto en áreas convencionales como no convencionales, en nuevos descubrimientos o pozos en actividad, e incluso en aquellos inactivos por baja productividad. La meta es alcanzar el autoabastecimiento de hidrocarburos en poco tiempo, mejorando así la ecuación energética y el balance de divisas, ya que significaría un importante ahorro por menores importaciones y hasta un saldo a favor si se logra, como se espera, alcanzar niveles de producción con excedentes exportables. 

El nuevo esquema previsto establece un régimen general de promoción de actividades de exploración y producción de petróleo y otro relacionado con la producción de gas natural. Se definen diferentes incentivos relacionados con el compromiso de abastecimiento del mercado interno y la determinación de "exportaciones garantizadas en función del incremento de la producción".

Así, las empresas que aumenten la extracción por encima de una "línea de base" o producción inicial, podrán disponer para su exportación del 20% del volumen incremental, debiendo destinar el otro 80% al mercado interno. El precio de los hidrocarburos para el mercado interno surgirá de las negociaciones entre las partes intervinientes, como sucede en la actualidad, pero habrá un incentivo fuerte para que las empresas aumenten la producción y, de ese modo, conseguir la disponibilidad de un 20% de ese incremento para destinarlo al mercado externo y que puedan sacar provecho del precio internacional.

El incentivo de "exportaciones garantizadas" arranca en un piso del 20% y se extiende hasta el 50% de los volúmenes de producción incrementales en la medida que se cumpla con el objetivo del autoabastecimiento.

Para los proyectos relacionados con las cuencas maduras con explotación convencional distintiva y actualmente con producción declinante, así como a los que presenten pequeñas empresas o a desarrollarse en áreas marginales, se prevén menores requisitos y mayores beneficios e incentivos. 

Del mismo modo, están previstos incentivos adicionales para poner en valor a la extracción de petróleo encarada por pequeñas empresas en pozos de baja productividad o inactivos.

Oto aspecto destacado del nuevo proyecto es el fuerte aliento que se le dará a la participación de las empresas regionales y nacionales como proveedoras de la actividad, buscando incrementar la proporción de bienes y procesos tecnológicos elaborados y diseñados con trabajo argentino. "No descartamos que este proceso le dé impulso a la formación de nuevas empresas exportadoras de servicios tecnológicos, incluso pymes, a partir de la experiencia que desarrollen en la actividad local", apuntó una fuente oficial cercana a la elaboración del proyecto. Este aspecto del proyecto es uno de los que le da mayor contenido federal a los objetivos, por el impacto que podría tener en las mismas provincias en las que se explotan los yacimientos. 

Otros aspectos del proyecto vinculado al desarrollo e incremento del valor agregado regional son la promoción de "todas las actividades que directa o indirectamente estpán relacionadas con la industria hidrocarburífera". Entre ellas, el transporte, la compresión, separación y tratamiento del gas, el almacenaje e industrialización de los hidrocarburos y sus derivados, como ser su utilización como materia prima en petroquímica, fertilizantes, refinación o licuefacción del gas. 

Si todo ello consigue desarrollarse a nivel regional, se estima que el resultado también será de alto impacto edn materia de generación de trabajo a lo largo y ancho del país.

La proyección teporal de la iniciativa define un horizonte de 20 años para el régimen de promoción de inversiones, "generando un horizonte de estabilidad y reglas claras en materia tributaria federal y para los propios incentivos que la norma establece".

El proyecto quedó definido después de varias semanas de intercambio de criterios e información donde no sólo participaron activamente Martín Guzmán y Darío Martínez, como principales referentes del tema, sino además el Ministerio de Desarrollo Productivo, la AFIP, el Enargas y legisladores del Frente de Todos. Dentro del área del Palacio de Hacienda, intervinieron activamente además las secretarías de Política Económica, de Política Tributaria y de Hacienda.

Hasta anoche, Guzmán y Martínez trabajaban activamente en darle las puntadas finales al proyecto que le presentarán a Alberto Fernández para su firma. Hubo especial interés en atender las necesidades y particularidades de cada una de las regiones y cuencas productivas del país, teniendo en cuenta que este proyecto viene a cubrir una necesidad y a rescatar al sector del descalabro en el que lo sumió la política errática de los cuatro años de macrismo, con constantes cambios de reglas sobre la marcha. 

Una política que, desde 2016, buscó privilegiar las inversiones en Vaca Muerta pero abandonando a las de buena parte del resto del país, y además en función de promesas hacia las empresas productoras luego incumplidas.