Derby Motoreta's Burrito Kachimba ha dado muestras de que la gloria aún existe para el rock. Aunque sería injusto hacer ese recorte, cómodo y mezquino, ya que la banda española plantea expandir el lenguaje, propone salirse de esas etiquetas y entrega algo más. "Consideramos que el setenta por ciento de lo que hacemos es rock porque hay batería, bajos contundentes, guitarras distorsionadas y nosotros, evidentemente, venimos del rock; pero una de las cosas que hemos hecho precisamente es salirnos del rock y pasar a un rol más libre en el que utilizamos nuestras influencias sin filtro", dice Gringo, uno de los dos guitarristas.
Con tres años de vida y un segundo disco recién publicado (Hilo negro) donde mezclan agresividad con psicodelia, el grupo sevillano se planta bajo la bandera de lo nuevo, logrando ese toque los vuelve especiales. Por eso será que el director Daniel Monzón, autor de Celda 211 y El niño, entre otras, los llamó para hacer la música de su última película, Las leyes de la frontera, que estrenará en octubre. "Está ambientada en 1978 en Girona, Cataluña, y basada en un libro que se llama igual. Narra la historia de un joven de clase media que durante un verano se relaciona con un grupo de kinki. La película contiene música de la época, de Los Chichos Smash. La ha comprado Neflix", adelanta Gringo.
La propuesta de los sevillanos, entonces, viene adjunta a un universo creado por ellos; y se inscribe en la libertad. Ese lugar que llamaron kinkidelia funciona como la excusa para evitar las explicaciones respecto del género. Aunque además del flamenco escuchemos stoner, metal o progresivo. Pero, sobre todo, la kinkidelia nace para saltearse las comparaciones con el llamado rock andaluz: "No nos sentimos cómodos con esa etiqueta, principalmente por amor y respeto porque somos del club del fans del rock andaluz y sabemos que lo que hacemos ni siquiera es eso."
Al igual que el nombre, un choclo de palabras sin sentido, el término surgió en la sala de ensayo, cuando algo les parecía muy cafre, kinki o agresivo. "Tener una etiqueta que se llama kinkidelia nos permite ser libres; salirnos del rock y simplemente interactuar con música y llevarla a nuestro terreno, llevarla por donde somos, pasarla por nuestros filtros y sacarla de esas etiquetas que nos iban a limitar, de rock andaluz o rock progresivo", cuenta el guitarrista.
► Trips y metralletas
DMBK es el combo festivalero perfecto para quienes enloquecen con la explosión lisérgica y actual de King Gizzard & the Lizard Wizard, como para quienes miran el pasado añorando la naturaleza del hard rock de Black Sabbath y Led Zeppelin: atención al look del cantante Dandy Piranha, una evocación a esos dioses rubios como el legendario Robert Plant o Roger Daltrey.
Hilo negro, su segundo disco, tiene un corte psicodélico con elementos del metal pero también una raíz flamenca importante. A diferencia del primero, homónimo, el nuevo trae canciones más expansivas, con un recorrido de principio a fin más dilatado, sinuoso; como si el aire fuera un elemento más. "El primer disco era un poco más incendiario, metralleta todo el tiempo. Y en este nos hemos permitido ver donde descansamos. Dejamos que el agua del río corra y no sea todo el rato una ola goleando contra la piedra."
Hilo negro fue producido, como su anterior trabajo, por Jordi Gil y la propia banda. Pero su masterización, esta vez, estuvo a cargo de Brian Lucey, uno de los ingenieros de sonido más importantes, artífice del audio de álbumes de Arctic Monkeys, The Black Keys o Marilyn Manson. El resultado es la profundidad que se nota en Gitana, el segundo corte del disco.
El tema viene acompañado de un videoclip que conjuga el cine de terror coreano con la psicodelia y esa delicadeza estética que recorre los trabajos visuales de DMBK. Todos los videos son pensados y producidos por el mismo Gringo que, después de ingeniárselas con tutoriales de YouTube, ganó el oficio y dio con el lenguaje cinematográfico que les calza a la perfección.
► Una manera de vivir
"Somos del sur de España, el flamenco nació aquí. Es como los negros de Memphis, que lo tienen incorporado desde que son chiquitillos. Después de estar mucho tiempo peleando esa raíz, de repente la abrazas. Después de tanto mirar lo anglosajón, de repente encuentras en la raíz una riqueza igual o mayor y lo que hemos hecho ha sido unificar esas dos raíces", dice el guitarrista.
Gringo reconoce a Rosalía como la facilitadora del género en los últimos años. "Ya nos flipaba con Los Ángeles, su primer disco, que era guitarrita y voz, aunque no era un disco de flamenco sino de pop con ambiente flamenco. Con El mal querer directamente volcó la pileta y es un discazo. A todos nos flipa el disco y es cierto que Rosalía ha roto el hielo. Aparte acá, en España, hubo un gran debate porque Rosalía es de Barcelona y no es del sur, entonces estaba utilizando algo que no le pertenecía. Cuando nosotros, acá en el sur llevamos cuarenta años tocando blues. Es que la música no es de nadie".
Los Derby están girando dentro de los aforos y normas permitidas por la pandemia. Hace dos semanas se subieron a la furgoneta para hacer ocho días seguidos de gira con cinco conciertos. Ringo cuenta que, a pesar de no ser veinteañeros, parecían estar en un viaje de egresados. La aceptación que tuvieron en el público desde el primer momento también es para destacar. El guitarrista dice que están flipando: "Cuando llevas mucho tiempo dedicándote a esto, no lo haces por dinero, lo haces por otra cosa; aquí hay una pasión, una manera de vivir". Y con el humor que llevan a cuestas, pide no despertar del sueño y "de pronto estar fregando platos otra vez".