Desde Roma
Cuanto serán verdaderas las promesas que hacen los talibanes de Afganistán que han ocupado ya la capital, Kabul, y gran parte del territorio nacional aprovechando que Estados Unidos estaba abandonando el país, es difícil saberlo. Ellos aseguran, entre otras cosas, que las mujeres no tendrán obligación de usar el burka (velo que cubre la cara y el cuerpo) y que podrán estudiar, dos cosas que estaban prácticamente prohibidas antes de que el país empezara un proceso de cambios, años después de que se desencadenara la guerra del 2001. Pero muchas de las mujeres afganas que en estos últimos días todavía han logrado comunicar sus terrores por Internet, insisten en que no hay que creer en lo que dicen los talibanes, que no hay que confiarse en ellos.
Nacido poco antes del 1990 aproximadamente, los talibanes son un grupo de extremistas islámicos primero empeñados en la guerrilla antisoviética y luego en la guerra anti estadounidense. Estados Unidos (apoyado por el Reino Unido y los países de la OTAN) invadió Afganistán en 2001 luego de los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York, en Washington y en Pennsylvania del 11 de setiembre de 2001. Difundido como movimiento ultra islamista en Afganistán pero también en parte de Pakistán, los talibanes establecieron buenas relaciones con Osama Bin Laden a cuya organización, Al Qaeda, se le atribuyen los atentados del 11 de setiembre.
El rol de Europa
Los países europeos están muy preocupados por la situación afgana y muchos de ellos han asegurado que ofrecerán refugio a la gente que escape de la difícil situación que vive el país. Dirigentes de Alemania, como la canciller, Angela Merkel, han reconocido que su país, como miembro de la OTAN, tiene una parte de responsabilidad en lo que está sucediendo en Afganistán por lo cual está dispuesto a ayudar a los refugiados. Otros países como Austria y Hungría, en cambio, dicen que mantendrán cerradas sus puertas y que en todo caso hay que ayudar a los países limítrofes de Afganistán, como Pakistán o Uzbequistán, entre otros, para que acojan a los migrantes.
La ultraderecha italiana
Italia se ha declarado dispuesta a ayudar y recibir refugiados pese a los negativos comentarios de la ultra derecha de Matteo Salvini. El dirigente de La Liga, que en un primer momento se declaró contrario a recibir refugiados, ahora dice que hay que recibir mujeres y niños pero no hombres porque pueden ser terroristas.
Este jueves el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, mantuvo un encuentro on line con los cancilleres del grupo de países más desarrollados conocido como G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos), siempre sobre el qué hacer para mejor afrontar la nueva situación afgana. Pero Italia, que preside este año el G20 (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica, Turquía y Unión Europea) tiene también intenciones de realizar pronto un encuentro con todos estos países sobre Afganistán, sobre todo porque del G20 forman parte países como Turquía, Rusia, China entre otros, que podrían ser fundamentales en este proceso.
”En estos dos decenios hemos tenido éxito en la lucha contra el terrorismo en Afganistán y debemos evitar que se transforme de nuevo en un terreno fértil para el terrorismo. Por eso debemos colaborar y coordinar nuestro accionar con los principales actores regionales”, declaró Di Maio. El canciller anunció igualmente que Italia planea recibir a unos 2.500 afganos que colaboraron con las instituciones italianas en Asia por más de 20 años. También informó que Italia hizo una donación de 250.000 euros a la sección de Naciones Unidas que se ocupa de Refugiados (UNHCR), especialmente para los refugiados afganos.
Paralelamente en la tarde del jueves, el primer ministro Mario Draghi mantuvo una conversación telefónica con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en la que analizaron no sólo la situación interna en Afganistán sino sus consecuencias a nivel regional, la posible acción de la comunidad internacional en este sentido a fin de contrastar el terrorismo y el tráfico de droga, defender los derechos de las mujeres y afrontar la migración, informó un comunicado oficial. Draghi había conversado también sobre este tema con el presidente francés Emmanuel Macron y con el primer ministro inglés, Boris Johnson.
Mujeres bajo amenaza
A Italia han llegado ya al menos cuatro aviones que transportaban italianos que vivían en Afganistán pero también afganos que colaboraban con la embajada italiana y mujeres amenazadas. Entre éstas la empresaria Zahra Ahmadi, de 32 años, cuyo hermano vive en Venecia. Zahra, se ha movido mucho por favorecer a las mujeres afganas en todos estos años. Llegó el miércoles a Roma. “Dejo este país con rabia pero gracias a la posibilidad de ir a Italia, tengo todavía la esperanza de que no todo haya terminado y de poder abrir nuevas puertas”, dijo poco antes de embarcarse en Kabul. A las mujeres de Afganistán, que son las que probablemente pagarán el precio más alto en el próximo futuro si los extremistas reimponen sus normas, estará dedicado también una parte del G20 sobre Mujeres que se realizará el 26 de agosto en Santa Margherita Ligure, una ciudad al noroeste de Italia, cerca de Génova.
Uno de las regiones que rápidamente se ha manifestado disponible a recibir a los prófugos afganos fue el Trentino (norte de Italia) que recibirá a 90 prófugos en un primer momento. Son grupos familiares acompañados por el ejército italiano de Afganistán. A causa del covid las familias deberán hacer cuarentena para lo cual ya se cuenta con centros militares disponibles.