El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció ayer la exhumación de los restos de cinco excombatientes de la guerra de Malvinas de una tumba colectiva del cementerio de Darwin. “Son fragmentos de cuerpos, no cuerpos completos, esqueletizados”, precisó Luis Fondebrider, exdirector del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y actual titular de la Unidad Forense de la CICR. Mientras el equipo de la Cruz Roja viajará hoy a otra zona de las islas para investigar la posible existencia de más restos, los hallados serán trasladados al continente la próxima semana para ser analizados y cruzados con los perfiles genéticos de las muestras aportadas por familiares en el laboratorio que el EAAF posee en Córdoba (los familiares de caídos que aún no dejaron su muestra de sangre pueden llamar a la línea de asistencia 0800 345 3236).
El equipo de la Cruz Roja brindó una conferencia de prensa virtual desde las Malvinas para dar precisiones del segundo plan del Proyecto Humanitario que comenzó el lunes último en Darwin, con el objetivo de lograr la identificación de los restos enterrados en la tumba múltiple denominada C 1 10. Se trata de un proceso que comenzó en 2012, cuando el gobierno que presidía Cristina Fernández de Kirchner pidió la “intervención neutral” del organismo internacional, y que tuvo una primera etapa de trabajos de campo en 2017, cuando se logró la la identificación de 115 soldados argentinos gracias a las muestras de sangre aportadas por sus familiares luego de haberse exhumado 122 cuerpos de 121 sepulturas.
En la tumba colectiva “se encontraron restos de al menos cinco personas” y no cuatro como se pensaba originalmente, informaron Fondebrider y el jefe del proyecto, Laurent Corbaz. “Después de que un sacerdote bendijera la operación, comenzamos el martes los trabajos de exhumación de la tumba. Y ayer (léase el miércoles) cuando abrimos la bolsa de cuerpos, nos encontramos con restos de al menos cinco personas. Son fragmentos de cuerpos, no cuerpos completos, esqueletizados”, precisó Fondebrider. Aclaró luego que “estos cinco cuerpos no significan cinco identificaciones, solamente significa que el proceso de identificación recién está comenzando”.
A diferencia del trabajo realizado en 2017, cuando fueron exhumadas las tumbas no identificadas que tenían la denominación “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, en este caso la labor se centra sólo en la tumba colectiva denominada C 1 10, ubicada cerca de la cruz mayor que preside el camposanto de Darwin. Esa sepultura múltiple no había sido incorporada en el primer proyecto porque no se trataba de una sepultura anónima: una placa colocada en 2004, cuando se remodeló el cementerio, consignaba que en esa fosa se encontraban los restos del alférez de Gendarmería Julio Sánchez y de los soldados de Fuerza Aérea Héctor Aguirre, Luis Sevilla y Mario Luna. Sin embargo, cuando se exhumaron las tumbas anónimas se comprobó que esos tres soldados habían sido enterrados en sepulturas individuales, por lo que se hizo necesario esclarecer la identidad de los restos sepultados en la tumba C 1 10.
El informe realizado por el coronel británico Geoffrey Cardoso, que fue el encargado de recoger los cuerpos y darles sepultura en 1982, daba cuenta de que en esa tumba múltiple colocó los restos encontrados tras la explosión de un helicóptero del grupo Albatros de Gendarmería, ocurrida el 30 de mayo de 1982 en Monte Kent. “El helicóptero explota y mueren seis personas. Cuando Cardoso recupera los cuerpos, tres meses después del incidente, recupera fragmentos del cuerpo de Sánchez y tres soldados más que no pudo identificar”, explicó Fondebrider. Pero “cuando abrimos la bolsa de cuerpos nos encontramos con restos de al menos cinco personas”, añadió. “Se encuentran esqueletizados, por la explosión del helicóptero y porque estuvieron expuestos más de tres meses a la intemperie”, precisó. Corbaz destacó que los restos exhumados “se encuentran en un estado de preservación bastante bueno, lo que permitirá hacer un análisis preciso”.
Si el clima lo permite, el propio Fondebrider llevará las muestras el próximo jueves 26 al laboratorio del EAAF en Córdoba, en un vuelo privado provisto por el empresario Eduardo Eurnekian, quien desde años trabaja junto a los familiares de los caídos. En Córdoba se realizarán los procesamientos y cruzamientos de información entre los perfiles genéticos de las muestras y las aportadas por familiares en el proceso de 2017, en un trámite que podría extenderse durante dos o tres semanas.
La Cruz Roja informó también que el equipo de trabajo viajará hoy a la zona conocida como Caleta Trullo para investigar la posible existencia de otros restos a partir de una denuncia de un ex combatiente británico. Fondebrider contó que se trata de un “área de 15 metros de largo por 3 de ancho donde se ve una pequeña depresión” y anunció que realizarán allí una “excavación arqueológica” para poder determinar si hay restos humanos.
El representante de la Cruz Roja para la Argentina, Gabriel valladares, destacó por su parte que el proceso de identificaciones de los soldados argentinos caídos en Malvinas se inició en 2012 bajo la presidencia de Cristina Fernández, cuando “el gobierno argentino solicitó la intervención neutral del CICR, que cumplió con la obligación del derecho humanitario internacional de que las familias tengan la posibilidad de saber dónde descasan los restos de sus seres queridos”. De la conferencia de prensa participó también el jefe de la Delegación Regional del CICR, Alexandre Formisano.
Por otra parte, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, también se refirió al trabajo que se está realizando y en nombre del gobierno argentino agradeció "a la Cruz Roja por el enorme esfuerzo que ha realizado para poder iniciar esta segunda etapa del proyecto humanitario en el cementerio de Darwin, en la tumba C.1.10", dijo. El funcionario subrayó finalmente que "se trata de una verdadera política de Estado iniciada en 2012 durante el gobierno de Cristina Fernández".