Esta vez no hubo épica ni remontada, pero hay mañana. Con las emociones todavía ardiendo en el cuerpo y en la cabeza de sus dirigidos, Marcelo Gallardo ya comenzó el operativo de enfocar al plantel hacia adelante, luego de que River fuera derrotado por el Atlético Mineiro y dejara a la Copa Libertadores sin equipos argentinos. El rumbo lo marcó el propio DT, aun cuando el dolor de jugadores e hinchas estaba todavía caliente, consciente de que urge pasar la hoja ya. "Vamos a tener que limpiar esto rápidamente -dijo Gallardo-, cambiar el chip para ver si en este semestre podemos tener la chance de pelearlo hasta el final". Se trata del nuevo objetivo de River, el definitivo y el que además nunca conquistó el adorado entrenador millonario: el torneo local.

Parte del plan de Gallardo, posiblemente, sea apropiarse fríamente de lo ocurrido en el Mineirao y sacarle algún provecho a la primera vez que, en los últimos cuatro años antes, sus conducidos quedaron afuera de las semifinales de la máxima competencia continental. "Sentí que Mineiro nos superó, hay que reconocerlo. No nos salieron las cosas que nosotros pensábamos o planificamos. Enfrentamos a un muy buen rival, que en la actualidad está mucho mejor que nosotros y lo demostró". El propio entrenador se sinceró: vio a su equipo superado. Cualquiera de esas falencias serán las que buscará trabajar para conquistar el torneo de la Liga Profesional de Fútbol, con 19 fechas por jugarse.

Eliminado también de la Copa Argentina (tras perder frente a Boca, nuevamente por penales), la exclusividad parece un mensaje del destino para el propio Gallardo, una invitación para sumar a su palmarés aquella única gloria que nunca consiguió en su estadía de más de siete años en el club. "A partir de mañana, se dedicará las 24 horas a ganar el torneo local y a fin de año se verá qué hace", le confió a la agencia Télam un directivo de mucho peso en el club de Núñez. Y es que luego de varias pérdidas dolorosas en las últimas semanas, el corazón de la hinchada millonaria ya empieza a suspirar por lo que pueda ocurrir el 31 de diciembre, fecha de finalización del contrato del DT con la institución riverplatense.

Gallardo no piensa adelantarse tanto, sin embargo. Luego del doloroso golpe de la eliminación consecutiva de las dos Copas, el protagonismo en el torneo local parece una premisa que difícilmente esté dispuesto a negociar el entrenador. Allí, River viene de ganarle a Vélez por 2-0 como local y suma 10 puntos que aún lo dejan afuera de la plaza de la Libertadores; a punto de iniciar la séptima fecha, tiene por delante media docena de equipos en el lote hasta la punta que, por ahora, lidera Independiente con 14 unidades. Franco Armani dejó claro también, apenas finalizado el juego en Brasil, que el plantel tiene la misma ambición que su conductor: “Hay que levantar la cabeza y seguir trabajando. Tenemos por delante el torneo local y hay que mentalizarnos en ganarlo, que es lo que nos queda”.

Gimnasia y Esgrima La Plata, como visitante, será el primer desafío de la nueva planificación del DT. Para ese encuentro, el entrenador posiblemente no podrá contar con Fabrizio Angileri, quien en Belo Horizonte sufrió una lesión muscular en el isquiotibial izquierdo y será evaluado por el cuerpo médico del club. Del mismo modo, el uruguayo Nicolás de la Cruz no se recuperó totalmente de la molestia que lo aqueja en el aductor.

Hay una segunda preocupación en la cabeza de Gallardo: luego de las bajas que complicaron el andar del equipo en lo que va del segundo semestre, existe todavía la posibilidad concreta de que otro integrante del plantel se vaya, dado que el mercado de pases en Europa recién cierra el 30 de agosto. Dejando de lado el aspecto económico, la dimensión futbolística pareciera favorecer a River: los nombres que más suenan (Paulo Díaz, Julián Alvarez o el propio De la Cruz) son jugadores de Selección, que tienen la mira puesta en las Eliminatorias y el Mundial de Qatar, motivaciones competitivas que podrían hacer que opten por seguir en el club de Núñez.

El plantel regresó al país en la madrugada de este jueves y recibió jornada de descanso, para enfocarse desde las 10 de la mañana del viernes en el partido del domingo en el Bosque platense. Llegó la hora de poner en marcha el operativo que deja la dura eliminación de la Libertadores en el terreno del pasado (reciente) de un River que, además, le dedicará sólo un rincón pequeño dentro sus últimos gloriosos años.