Después de varias especulaciones sobre si era factible realizarla y con qué modalidad, ayer confirmaron tanto el gobierno de la provincia como el Arzobispado de Salta que autorizaron la realización de la procesión del Milagro, el 15 de septiembre, aunque con ciertas restricciones y sin la presencia de peregrinos de otras localidades.
El primero en referirse al tema fue el ministro de Gobierno, Ricardo Villada, que adelantó oficialmente la noticia, e indicó que los fieles no seguirán las imágenes durante el trayecto sino que podrán esperarlas en distinto puntos específicos, que oficiarán de burbujas sanitarias.
Este concepto fue ampliado después por el arzobispo Mario Cargnello en una carta abierta en la que explicó que las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro “recorrerán las calles desde la Catedral Basílica hasta Monumento '20 de Febrero' en horario a establecer sin acompañamiento de fieles. Sólo habrán de desplazarse los miembros de la Hermandad del Señor y de la Virgen del Milagro que son responsables del traslado y algunos sacerdotes encargados”.
En el punto siguiente de la misiva indicó que “los fieles podrán participar manteniéndose en los lugares que se fijarán con las autoridades correspondientes en todo el recorrido, en la plaza 9 de Julio y en el parque que rodea el Monumento '20 de Febrero' y adyacencias. Un número fijado de fieles lo hará de modo presencial y los más lo harán virtualmente”.
Finalmente, aclaró que se celebrará el Pacto de Fidelidad y que el retorno a la Catedral se hará nuevamente sin fieles.
"Asumimos esta decisión apostando a la madurez ciudadana de nuestros fieles. Estamos convencidos que quienes participen lo harán conscientes de la responsabilidad de cuidarse para cuidar a los hermanos, sin presiones, con respeto, desde el amor al Señor, a su Madre y a los hermanos”, señaló Cargnello, aplicando el concepto de libre albedrío a la celebración religiosa.
Igualmente, aclaró que las diferentes propuestas serán tratadas y precisadas en reuniones de los equipos de la Catedral Basílica con los organismos responsables de la salud y la seguridad públicas, pero hizo un guiño al agradecer “al Señor Gobernador de la Provincia, Gustavo Sáenz, su aprobación para emprender este desafío”.
Sin peregrinos
Cargnello sostuvo que su propuesta responde "a la demanda de muchos fieles que se expresaron pidiendo que las imágenes benditas del Señor y de la Virgen del Milagro recorran las calles de Salta y podamos celebrar el Pacto de Fidelidad”.
El año pasado la celebración del Milagro coincidió con uno de los picos de la pandemia, lo que tornó imposible su realización, y generó fuertes controles durante el rezo de la novena, ya que las personas seguían concurriendo a rezarla a la Catedral, a pesar de que desde el gobierno desalentaban esa acción.
Otro símbolo de la festividad religiosa son las peregrinaciones que llegan, en su mayoría, desde diferentes puntos de la provincia tras largos días y horas de caminata.
Pero nuevamente desde el Arzobispado aclararon que "no alentamos la organización de las peregrinaciones desde diversos lugares de la Provincia. Exhortamos a los hermanos peregrinos a organizar gestos de caridad en los lugares de procedencia para honrar al Señor y a la Virgen respondiendo a las necesidades de los hermanos”.
De esta manera la Iglesia salteña se deslindó de cualquier caminata que llegue hasta la Catedral, pero igualmente invitó a los “Señores Párrocos y responsables de las comunidades del Interior a organizar el homenaje del 15 de setiembre en simultáneo con la Catedral Basílica”, para garantizar que se celebre en cada municipio, sin necesidad de viajar a la capital.
La celebración del Milagro se remonta a 1692, ya que en septiembre de ese año unos fuertes temblores asolaron por un par de días a la población salteña y aledañas, y cuentan los creyentes que los movimientos sísmicos cesaron cuando sacaron a las imágenes en procesión.
Desde entonces año a año se repite el ritual, que convoca a multitudes de fieles que acompañan el andar de los santos patronos.