El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que está negociando con Argentina la construcción de un gasoducto que permita al país vecino comprar el gas proveniente de Vaca Muerta. Desde el gobierno nacional admiten que todavía es lejana la opción de exportar gas a Brasil, ya que más allá del envío puntual a una central térmica en Uruguayana, no hay por ahora gran interés de parte del polo industrial de San Pablo.
De todas maneras, la Secretaría de Energía tiene en carpeta el proyecto para ampliar la capacidad de transporte del sistema de gasoductos nacionales. Para ello se firmó un memorándum de entendimiento con las empresas chinas Powerchina y Shanghai Electric Power Construction. Las obras tienen un costo estimado en unos 3200 millones de dólares. La propuesta será incluida en la agenda política bilateral entre Argentina y China para cumplir con el plan de inversiones del próximo quinquenio.
"Estamos en negociaciones con Argentina por el gas de Vaca Muerta. Saldrá algún día, porque no es fácil empezar a importar gas, crear, construir ductos", dijo Bolsonaro en su transmisión semanal en vivo en las redes sociales.
La idea de la integración gasífera regional no es nueva. Atrás en el tiempo quedó el megaproyecto del Gasoducto del Sur, un ducto de gran capacidad para gas natural de entre 8 mil y 15 mil kilómetros de longitud que conectaría Venezuela, Brasil y Argentina. La iniciativa fue estudiada en tiempos de gran sintonía entre los gobiernos de la región y luego quedó en la nada.
Mucho más reciente fue la declaración del embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, en septiembre del año pasado, en relación a que el gasoducto Argentina-Brasil "es nuestro gran proyecto binacional. Brasil precisa de gas y nosotros precisamos de mercados y de inversiones".
Se estima que una obra de conexión de gas natural entre Vaca Muerta y Río Grande de Sul, Porto Alegre requeriría de una inversión de cerca de 5000 millones de dólares.
La propuesta apunta a la ampliar la capacidad de transporte del gas del gasoducto entre Neuquén y la ciudad de Paso de los Libres, en la provincia de Corrientes. Esa obra demandaría inversiones por 3700 millones de dólares. En tanto, el tramo Uruguayana-Porto Alegre, en el estado de Río Grande de Sol, demandaría casi 600 kilómetros de extensión e inversiones en torno a los 1200 millones de dólares, que deberían ser responsabilidad del gobierno brasileño.
Brasil promulgó meses atrás una nueva Ley del Gas que desregula el monopolio de Petrobras en el sector y abre el mercado a la importación. El objetivo del gobierno del país vecino, según definió Bolsonaro, es reducir los precios del gas a través de una mayor competencia.
En su momento, el secretario de Energía, Darío Martínez, admitió la posibilidad del negocio de exportación de gas argentino a Brasil, dada la situación de declino de la producción convencional en Bolivia, tradicional proveedor regional. Sin embargo, también advertía que no está claro la cantidad de años que Brasil compraría el recurso ni a qué precios.
Para la Argentina, el mercado de exportación de gas natural en los meses de verano permitiría mejorar la ecuación económica de las empresas productoras y así estimular las inversiones en exploración y producción en los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta.