Una activista de los derechos de las mujeres en Afganistán me envió un mensaje: "estoy viva, no estoy segura de por cuánto cuánto tiempo más". Recibí muchos mensajes similares de mujeres de todo Afganistán y también de grupos de derechos femeninos que trabajan sobre el terreno.

Tengo a las hijas de una amiga, que se quedan conmigo durante las vacaciones: tienen 7, 10 y 14 años. La niña de 14 anda holgazaneando con jeans holgados y una camiseta que revela su joven barriga mientras teclea su teléfono y envía selfies a sus compañeros. Las niñas se sientan a leer libros, piden un poco de dinero para correr a las tiendas y discuten sobre quién va a usar el controlador rojo, aparentemente superior, para jugar videojuegos. Me siento en la esquina, repasando cuidadosamente los cientos de correos electrónicos que llegan a mi bandeja de entrada.

Me mandan cientos de documentos escaneados de mujeres y niños en Afganistán, fotos carnet que me miran mientras alrededor suena la charla de las chicas que disfrutan de su libertad. Trato de explicarles que estoy tratando de sacar a mujeres y niños de Afganistán porque pueden casarlos en contra de su voluntad, porque es posible que no puedan ir a la escuela, que siempre tengan que pedir permiso a un hombre para ser quienes son... y estas niñas me miran sin comprender, incapaces de concebir tal cosa.

No sé si podré ayudar a todos los que acuden a mí con esperanza. Actualmente, la Política de Asistencia y Reubicaciones Afganas del Reino Unido (ARAP) no incluye a los afganos y sus dependientes que corren un alto riesgo de persecución debido a su activismo por los derechos humanos y de las mujeres. Miro los esquemas de otros países y trato de encontrar otras opciones; los de algunos de nuestros aliados, como Canadá, parecen más esperanzados. ¿Seguramente el Reino Unido seguirá su ejemplo y dará prioridad a estas mujeres?

Es por eso que respaldo el llamado del The Independent para que el gobierno británico  aumente el número de refugiados que se pueda ir de Afganistán. La propuesta actual no cumple con la escala del desafío. Quiero decir, seguramente teníamos un plan, antes de retirarnos, para la amenaza obvia a las mujeres y a aquellos con quienes hemos estado trabajando para mejorar los derechos de las mujeres. Seguramente, ningún gobierno que se precie hubiera tomado una acción que, obviamente, representara una amenaza clara e inmediata para las mujeres de un país sin tener un plan adecuado específicamente sobre la seguridad de las mujeres.

Seguramente, cualquier país que haya profesado su compromiso para la educación de las niñas y haya utilizado las libertades otorgadas a las mujeres como justificación de sus acciones durante tanto tiempo, habría tenido un plan claro y organizado, con organizaciones benéficas sobre el terreno y agencias locales para evaluar la situación de riesgo para las mujeres afganas. Le he pedido al secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, y al secretario de Defensa, Ben Wallace, que me envíen las copias de las evaluaciones que hicieron sobre la seguridad de las mujeres en su planificación, y también que me envíen los detalles de lo que pusieron en marcha para al menos mitigar los riesgos. Espero con interés leer el análisis detallado y la estrategia para la seguridad de la mujer que, por supuesto, cualquier gobierno decente que hubiera estado presente en un país durante tanto tiempo seguramente habría emprendido. Seguramente, porque nunca olvidamos las experiencias de las mujeres en la política, ¿verdad?

Parece que las mujeres en Afganistán fueran un daño colateral que ninguno de los gobiernos involucrados ni siquiera consideró cuando decidieron retirarse. Me sorprendió que cuando Donald Trump comenzó la retirada, no consideró el resultado para la hembra de la especie. Hubiera pensado que Joe Biden y nuestro propio gobierno podrían haberlo considerado más. Bueno, sí, puede ser difícil para las mujeres y las niñas por un tiempo, pero no se preocupe, los talibanes han dicho que todo saldrá bien. Así que ahora esperamos que las niñas de Afganistán dependan de su propio Super Smash Bros para defender sus derechos, excepto que no tienen ningún controlador de colores brillantes para ayudarlas.

Estamos donde estamos ahora. Las mujeres de Afganistán no pueden darse el lujo de tener tiempo para la desesperación. Acción es lo que se necesita. Además de hacer del reasentamiento de las mujeres, además de las activistas y las trabajadoras por los derechos de las mujeres, una prioridad clara, debemos priorizar las necesidades y los derechos de las mujeres y niñas afganas en cualquier medida que se adopte en respuesta a la situación. Trabajando con la ONU, debemos asegurarnos de que las mujeres y niñas afganas participen en la configuración de cualquier respuesta humanitaria. Debemos alentar a los países vecinos a mantener las fronteras abiertas para las evacuaciones y facilitar la ayuda, incluido el apoyo a las casas de seguridad y los servicios de violencia de género para las mujeres y sus familias que no pueden huir.

Parece que hemos olvidado las experiencias de mujeres y niñas en la planificación de esta retirada de tropas; no debemos olvidarlas yendo hacia adelante.. Boris Johnson y Joe Biden pueden hablar acerca de que la responsabilidad se detenga con ellos. ¡Basura! En realidad, la responsabilidad se detiene en las mujeres de Afganistán, que en realidad cargarán con el peso de sus decisiones. Supongo que es más fácil manejar un peso si siempre le pides a otra persona que lo cargue.

De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12

Traducción: Celita Doyhambéhère