El liberal proeuropeo Emmanuel Macron, de 39 años, fue elegido este domingo presidente de Francia -el más joven de su historia-. La candidata de extrema derecha Marine Le Pen reconoció su derrota tras divulgarse los primeros sondeos a boca de urna.

Esta vez las encuestas no fallaron y el exministro de Economía y anticiparon la victoria de Macron. Con el 90 por ciento de los sufragios escrutados, el cómputo oficial confirmó un  64,84 por ciento para el candidato de ¡En Marche! contra el 35,16 por ciento de Le Pen. La abstención oscilaría entre el 25,3 y el 27 por ciento, según estimaciones de institutos de sondeos, y sería la más alta desde los comicios de 1969.

  En su primer mensaje tras conocer su victoria, Macron destacó la apertura de un nuevo capítulo en la historia del país, "de esperanza y confianza recobrada", dijo desde su central de campaña. Más tarde, pronunció un discurso frente a sus seguidores en la plaza del Museo del Louvre en París. Allí reconoció que muchos lo votaron en segunda vuelta para evitar un triunfo de la extrema derecha. "Sé que esto no es un cheque en blanco", señaló.

También se refirió a los votantes de Le Pen: "Hoy ellos expresaron un sentimiento de rabia, de impotencia; en algunos casos, convicciones... Durante mis cinco años haré lo posible por asegurar que ya no haya razones para votar por los extremos", expresó.

En apenas un año, desde que fundó el movimiento centrista ¡En Marcha!, Macron se abrió paso en un país en el que dos grandes partidos tradicionales de izquierda y derecha se alternaban en el poder desde hacía medio siglo. Los derrotó en la primera vuelta con un programa europeísta y liberal en temas económicos y sociales, que lo colocó en posición de enfrentar a la extrema derecha en la segunda vuelta.

Le Pen, por su parte, destacó el resultado "histórico y masivo" de su partido, el xenófobo Frente Nacional (FN). "Estaré al frente del combate" de las elecciones legislativas de junio, advirtió, y deseó "éxito" al futuro presidente ante los "enormes desafíos de Francia".

A pesar de la derrota por amplio margen, la ultraderecha logró convencer a más de 11 millones de franceses con promesas en contra de la inmigración y el euro y logró duplicar el 17,7 por ciento obtenido por Jean-Marie Le Pen en la segunda vuelta de 2002. No sólo eso, sino que además el FN se colocó entre las principales fuerzas políticas del panorama nacional y amenaza con avanzar en las legislativas de junio, en las que espera superar con creces los dos diputados actuales.