Una de las tres camionetas cuatro por cuatro con las que cuenta el Hospital de Santa Victoria Este (SVE), de Rivadavia, fue robada en D’Orbigny, una de las ciudades fronterizas de Bolivia, a la cual se cruza mediante la frontera seca por el paraje victoreño de La Puntana.
La confirmación de las versiones que se conocieron este viernes por algunas redes sociales vino de la mano del gerente del Hospital local, Ariel Sosa. Las versiones sostenían que la camioneta venía sobrecargada de hojas de coca a pasar de un lugar a otro.
Sosa, por su parte, informó a Salta/12 que el chofer de la camioneta había sido enviado por el Hospital a La Puntana a fin de llevar insumos médicos a la salita de Salud que se encuentra en el paraje.
Una vez que se enteraron de que la camioneta había sido robada “empezamos a preguntarle al chofer qué había pasado y pedirle que nos diga la verdad”. Fue entonces cuando el chofer confesó que había pasado con la camioneta a la ciudad boliviana de D’Orbigny, (de Bolivia), ubicada en la frontera con SVE en Argentina (a través de La Puntana), para comprar una bolsa de hojas de coca. El chofer había dejado la camioneta en marcha. Fue entonces que aparecieron dos personas que a punta de pistola haciendo tiros al aire, le robaron el vehículo. Sosa se pudo enterar finalmente de esa situación cuando supo que por el hecho, ya intervienen las fuerzas de seguridad bolivianas que hasta ayer buscaban la camioneta.
El chofer, como muchos otros que viven en la zona o en el mismo SVE, como los camiones que contrabandean los granos de soja, pasó por una de las sendas sin control (ilegal), que existe en este límite de la frontera seca.
Camionetas alquiladas
Sosa sostuvo que el Hospital cuenta con una camioneta propia y otras dos que fueron alquiladas por el gobierno de la provincia para dar apoyo a los recorridos de las comisiones de especialistas. Con estos grupos de especialistas se da seguimiento a la situación sanitaria en distintas comunidades que se distribuyen a lo largo del Municipio de SVE, la mayoría de ellas originarias. “Ahora vamos a tener que ajustar las salidas”, se lamentó el gerente hospitalario, al sostener que con la falta de una de las camionetas las visitas médicas se complican.
Afirmó que las versiones que surgieron en el pueblo sobre el uso irregular de la camioneta “lo único que hace es perjudicarnos al dar información falsa, y aunque se quiere hacer un buen trabajo, eso frustra un poco”.