El Boca de Sebastián Battaglia mostró este sábado una versión muy parecida al del despedido Miguel Russo, pero gracias a un destello de sus "pollos" de la Reserva logró una victoria 1-0 sobre Patronato que sirvió para cortar una racha de 10 partidos sin triunfos. Luis Vázquez, el centrodelantero por el que apostó el flamante entrenador, anotó el único tanto con un cabezazo después de un desborde de Exequiel Zeballos, otro de sus exdirigidos en la división menor.

Muy pocos cambios se notaron entre el final del ciclo anterior y estos primeros tramos del nuevo cuerpo técnico. Lentitud para mover la pelota, juego atacascado para romper una defensa bien plantada y casi ninguna ocasión de peligro frente al arco de Ibáñez daban la sensación de continuidad entre lo pasado y lo nuevo.

Sin embargo, uno de los pocos cambios que impulsó Battaglia terminó sirviendo para cortar la sequía. Es que Vázquez, el centrodelantero de la Reserva, mostró su olfato goleador para convertir el tanto del triunfo a cinco minutos del final. Con el agregado que la definición llegó después de una gran maniobra de dos de sus compañeros en esa división, que hoy entraron en la segunda mitad: Aaron Molinas condujo en ataque y puso una gran habilitación para Zeballos, que amagó en la entrada al área y envió el centro perfecto para que Vázquez resolviera de cabeza. Gol, triunfo y chau mala racha.



Hasta ese momento, lo de Boca había sido bastante pobre, con un muy mal primer tiempo y una mejoría en la segunda parte. Lento y previsible, el conjunto xeneize pudo quedar en desventaja en la etapa inicial, cuando Marín marcaba tras un corner, pero el árbitro Silvio Trucco anuló el tanto por una supuesta falta previa sobre el arquero Agustín Rossi que no se vio con claridad.

Con orden y profundidad por intermedio de Gudiño, el conjunto visitante mostró los mejores momentos de fútbol en la Bombonera y no pasó sobresaltos en esos primeros 45 minutos. Le faltó algo de audacia para llegar al gol, pero dejó en claro que tenía las ideas muy aceitadas para sorprender a Boca.

En la segunda parte, el conjunto de Battaglia encontró algo más de fluidez en el trato de la pelota y pudo inquietar con las corridas de Pavón. Sin embargo, no lograba romper el cerrojo de los paranaenses, que a esa altura ya estaban conformes con el empate y habían resignado sus chances de atacar. 

Hasta que entraron en acción los pichones de Battaglia: Molinas, que entró muy bien por Medina, condujo por la zona izquierda y cedió largo para Zeballos, que había reemplazado a Pavón. El santiagueño amagó ante su defensor y puso un centro perfecto para que Vázquez cabeceara al gol y cambiara el humor de todo Boca.