A poco menos de un mes para la realización de las PASO, las campañas electorales se desarollan a lo largo y ancho del país, con estilos variopintos. Mientras algunos candidatos optan por actos multitudinarios, recorridas por los barrios o cafés con vecinos, hay otros que apuestan a movidas de “impacto”.
En el último grupo se encuentra el caso de Silvia Canterella, precandidata a concejal por el espacio evangélico Una Nueva Oportunidad (UNO), que forma parte de la alianza de Juntos por el Cambio, que decidió repartir chalecos antibalas de confección casera para promocionarse como una defensora del pueblo en contra de la inseguridad que afecta a los barrios más vulnerables de la ciudad de Rosario.
"Se me ocurrió la idea porque en los barrios que estamos trabajando son los más peligrosos de la ciudad. Y debido a las balaceras que hay, la gente tiene miedo", comentó Cantarella, al medio local La Capital.
Y agregó: "Es una forma de pedir ayuda, necesitamos que nos protejan, más presencia de la policía, del Estado, la seguridad y la tranquilidad y poder sentarnos tranquilos en la vereda". "Las balaceras son algo impresionante. Si no nos cuidan nos tenemos que cuidar nosotros: no queremos que la gente se arme, pero necesitamos cuidarnos y tampoco queremos que una bala nos perfore el estómago", remató la referente del espacio evangélico y ferviente opositora a la ley de aborto legal.
La precandidata de Juntos por el Cambio no ahondó en la definición de políticas contra la problemática de la inseguridad que azota a la ciudad rosarina, territorio en disputa por las bandas narco-policiales, y se limitó a explicar que la particular acción "busca visibilizar” el grave problema ante “la ausencia del Estado".
Estos chalecos, de acuerdo a lo informado por Cantarella, están fabricados con material resistente y cuentan con bolsillos donde se insertan placas de hierro fundido para cubrir los órganos vitales. Fueron confeccionados por costureras de barrios rosarinos. Eso sí, no se trata de una protección verificada ni un uniforme legal. “Esto no es un chaleco profesional reglamentario, solo buscamos sentirnos algo más seguros y asistir a una demanda social, ante la falta de respuestas de las autoridades”, expresó.
Por polémica que parezca, es la segunda vez que un precandidato presenta una propuesta de esta índole: en 2019, Sergio Más Varela repartió gas pimienta para alertar la falta de seguridad que atravesaban los barrios de la ciudad y en una movida contra la entonces intendenta Mónica Fein.