Efectivos de la Ciudad de Buenos Aires desbarataron este fin de semana una fiesta clandestina que se realizó el sábado por la noche en un local de Palermo, conocido como Club Aráoz. Al ingresar al evento, los guardias de seguridad tapaban las cámaras de los celulares con un sticker para que nadie pudiera sacar fotos.
El operativo estuvo al mando de la Policía de la Ciudad, junto con la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ), quienes constataron que en el lugar habían unas 140 personas aproximadamente.
Según explicaron fuentes oficiales, la fiesta clandestina se detectó cuando los efectivos realizaron una inspección conjunta en un local gastronómico ubicado en Aráoz al 2400.
Al ingresar al lugar, los agentes se entrevistaron con el encargado, un hombre de 44 años, y observaron una gran cantidad de personas sentadas en grupos y bailando, sin barbijos ni respetando los protocolos impuestos por la pandemia de Covid-19.
Los inspectores verificaron que los presentes tenían stickers pegados en las cámaras de los celulares, los cuales eran colocados por personal de seguridad del lugar al ingreso para evitar la filtración de fotos y videos.
“Respetamos la privacidad de nuestros clientes, disfrutemos la noche”, pareciera decir el sticker pegado en los celulares para evitar las fotografías.
A través de la actuación de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nº 6, a cargo de Federico Taramelli, se desalojó a todos los participantes y se notificó al encargado del bar por infracción a los artículos 205 y 239.
Además, la AGC labró un acta al lugar por haber desvirtuado el rubro habilitante, entre otras irregularidades.