La Ciudad de Buenos Aires incorporó la presencialidad plena en el nivel inicial, con el rechazo de los gremios UTE y Ademys, que esta semana continuarán con medidas de lucha. En una nueva clase pública frente a la sede del Gobierno porteño, la Unión de Trabajadores de la Educación insistió en exigir que se respete el distanciamiento social y la compra de medidores de dióxido de carbono para controlar la ventilación de las aulas.
En la clase expuso la infectóloga Gabriela Piovano, médica del hospital Muñiz. “La presencialidad sin distanciamiento es el famoso caldo de cultivo. En unos días la Ciudad va a tener que admitir la circulación comunitaria de la variante Delta, que ahora es incipiente pero si se continúa sin distanciamiento va a ser muy compleja, porque esta es una variante que se transmite tres veces más efectivamente. Así, la tercera ola, que el ministro de salud de la Ciudad de Buenos Aires (Fernán Quirós) ya avisó que va a venir sí o sí porque evidentemente él no piensa hacer nada, nos va explotar”.
“Por supuesto, la población que está vacunada va a estar más protegida, con lo que en un sentido van a haber menos casos graves, pero si la dejás circular y la gente se va contagiando, va a haber números realmente muy altos, con la posibilidad de un nuevo colapso. Hoy la mortalidad por covid sigue siendo alta, y eso lo está abonando la falta de cuidado en las provincias donde se mantuvo totalmente abierta la circulación de personas, como Córdoba, Jujuy, Mendoza y ciudad de Buenos Aires. En el interior aún están colapsados”.
En los jardines de infantes y maternales, que reciben a niños de 45 días a 5 años, la preocupación de los docentes es que resulta imposible cumplir los protocolos.
“Lanzaron la presencialidad completa para la campaña electoral, pero que en los hechos no la pueden sostener con condiciones de cuidado”, dijo a este diario la secretaria de Nivel inicial de UTE, María José Gutiérrez. La referente explicó: “Nuestras salas son chicas, los mobiliarios no alcanzan. A las dos horas de iniciadas las clases ya empezamos a recibir fotos del momento del desayuno, con seis y ocho chicos por mesa porque no alcanzan los espacios. Ni hablar de las escuelas infantiles que albergan a niños desde los 45 días: en las salas de maternal hay que higienizar las colchonetas, hay toda una serie de tareas que se suman, que por la cantidad bebés y niños que teníamos con las burbujas era un poco más llevadero, pero ahora es imposible. Estamos hablando de que una maestra en sala de lactarios puede tener hasta siete bebés”.
Mientras se realizaba la clase pública de UTE, los docentes de Ademys convocaban a un corte en Acoyte y Rivadavia a las 17.00 horas de esta tarde.
Las Familias por un retorno seguro a las escuelas están llevando un relevamiento de contagios y grados que debieron ser aislados, que va creciendo a medida que pasan los días. Según sus registros, en la primera semana de presencialidad completa 17 escuelas debieron aislar grados; la semana pasada el número de escuelas afectadas ese número ya había subido a 43. Son más del doble de casos en tres semanas.