El documental argentino ha crecido a un ritmo sostenido en los últimos veinte años. Producto de ese crecimiento, se han incorporado nuevas temáticas y estéticas que otorgan una amplia paleta de miradas y que permite ubicar referentes no sólo en el terreno social y político, como ocurría en los ’70. Para dar cuenta de ese auge, la Asociación de Directores y Productores de Cine Documental Independiente de Argentina, más conocida como ADN, organiza desde hace ocho años la Semana del Documental Argentino, donde presenta algunas de las novedades de sus integrantes. Entre los martes 24 y 31 de agosto, la plataforma Vivamos Cultura será la sede online de la octava edición de esta muestra en la que podrán verse, en calidad de prestreno y de manera gratuita, nueve largometrajes y diez cortos documentales de cineastas nucleados en ADN, sumados a actividades especiales. Las películas estarán disponibles las 24 horas acá desde el comienzo hasta el final del ciclo.
Amores duraderos y contaminación fatal
En esta época en la que nada es para siempre, ¿cómo es posible que algunas personas sigan apostando a vivir juntas toda la vida? Dorados 50, de Víctor Cruz y Alejandro Vagnenkos, es un encuentro con aquellos que se aman desde hace cincuenta años o más. El director aborda casos de amores infinitos e indaga con humor existencial acerca de la lucha diaria de vivir. “Es una idea de Alejandro Vagnenkos, el codirector de la película, que se dio cuenta llegando a los 50 años que ya llevaba casi treinta que estaba en pareja, sus padres estaban cumpliendo cincuenta años de casados y sus abuelos habían vivido más de cincuenta años juntos. Entonces, le agarró una especie de crisis de la mediana edad y se empezó a preguntar cómo era esto de llegar a vivir tantos años juntos en pareja y cómo lo hacían los demás”, cuenta Cruz a Página/12.
A partir de esa inquietud, ambos directores armaron el documental que gira alrededor de la crisis de una persona en su mediana edad, con todos los cambios físicos y psicológicos que ocurren en ese momento y se preguntan cómo es el futuro en pareja con la misma persona. “A partir de eso, conocimos y entrevistamos a un montón de parejas muy diversas que viven su amor desde hace muchísimo tiempo”, explica Cruz.
Dorados 50 –que se estrenará en Gaumont y Cinear el 9 de septiembre- tiene puntos de conexión con el anterior documental de Cruz, ¡Que vivas 100 años!, sobre ancianos longevos de distintas parte del mundo. “Tanto a Alejandro como a mí nos interesan mucho las personas mayores. Alejandro había hecho Jevel Katz y sus paisanos, en 2003, donde los protagonistas eran todas personas mayores, y yo vengo de hacer ¡Que vivas 100 años!, que son personas muchísimo más mayores que las del documental. Creo que hay una sub-representación de las personas mayores en el cine y, además de eso, tanto Ale como yo nos sentimos muy conectados con ellos. Y es un grupo que también tiene mucha necesidad de ser escuchado y pasan cosas muy lindas”, subraya Cruz.
El cineasta participa del ciclo de ADN por partida doble: también presentará Taranto: el cierre parcial de la acería más grande de Europa, a causa de la contaminación que produce, divide a una ciudad entre aquellos que denuncian el desastre sanitario ambiental y los que temen perder sus empleos. Salud y trabajo colisionan en el sur de la Italia industrial, víctimas de la codicia empresarial y la desidia estatal. “La idea de Taranto nació mientras estaba filmando la parte italiana de ¡Que vivas 100 años! Cuando estábamos filmando, conocimos la historia de Taranto, una ciudad que está en el sur, en la zona de la bota de Italia. Era famosa porque había habido un conflicto muy fuerte entre los empleados de una fábrica que es la acería más grande de Europa y los habitantes de la ciudad porque esta fábrica estaba provocando una contaminación ambiental muy fuerte del agua, del suelo y del aire. Y esa contaminación estaba provocando casos muy graves de enfermedades respiratorias, cánceres, leucemias. Frente al posible cierre parcial de la planta se produjeron unos enfrentamientos públicos muy fuertes”, cuenta Cruz, que viajó a la ciudad y al barrio que está pegado a la planta. El documentalista pudo conocer esa historia de primera mano y lo conmovió “muchísimo”, según expresa.
El enemigo es el patriarcado
Mari, acostumbrada a la represión de su voz y su voluntad, un día deja a su marido que la maltrata y pide refugio en la casa de Adriana Yurcovich, donde trabaja como empleada doméstica. A pesar de las presiones, comienza otra vida y se redescubre. Yurcovich decidió visibilizar el grave problema que atravesaba su empleada y que representa el de miles de mujeres que sufren violencia de género en la Argentina. Decidió contar el caso en Mari, documental que dirigió junto a Mariana Turkieh. “Mari trabajaba en mi casa desde hace muchos años, venía dos veces por semana y otros días tenía otros trabajos. Yo pensaba que la conocía bastante pero, en realidad, no conocía realmente lo que era su vida familiar y los problemas que tenía”, narra Yurckovich. La directora se enteró cuando Mari apareció en su casa a vivir.
“En el momento en que ella llamó a mi casa pidiendo refugio, yo no estaba en Buenos Aires, estaba de viaje. La atendió mi compañero, que le dijo que sí, que podía venir. Y cuando yo volví una semana más tarde, la encontré a Mari en mi casa y me empezó a contar lo que pasó, por qué vino”, recuerda la directora. Con el olfato de documentalista de años, Yurcovich también se dio cuenta de que era muy interesante para hacer una película y se lo propuso a Mari. “Pero sin saber muy bien qué iba a pasar, porque Mari me contó que ella se había ido otras veces de su casa y después había vuelto. Y yo no sabía si iba a repetir esa situación, si iba a hacer realmente un cambio, si iba a tener yo una película porque si, de repente, ella volvía a su casa, no había más documental”.
Comenzaron a grabar y el rodaje fue de casi dos años. “Al principio, yo tenía ciertas dudas de cuánto podía exponerla en esto y cuánto exponerme yo, porque también estoy muy expuesta en la película, pero creo que a Mari hacer el documental, y mostrarse y mostrar su problemática, también le ayudó a mantenerse firme en su decisión”, entiende Yurcovich, que estrenará Mari el 23 de septiembre en el cine Gaumont y en Cinear.
La lucha que no se abandonó
Trascendiendo la imagen instalada por los medios masivos de comunicación, estudiantes secundarios de CABA le ponen voz a un documental que reconstruye desde el año 2010 una década de organización en defensa de la educación pública. Esta es una apretada síntesis de Recatate con los pibes, de Marcos Coria y Mariano Corbacho. “En 2015, cuando apareció un conflicto con una reforma que se quería hacer en la educación secundaria, empezaron a aparecer diferentes conflictos en distintas escuelas de la Ciudad. Con Corbacho empezamos a adentrarnos en estos temas, que se daban en las escuelas. Empezamos a conocer más de cerca lo que sucedía en este proceso de una toma conjunta donde más de treinta escuelas fueron tomadas para frenar esta reforma que venía a reducir la cantidad de especialidades que se daban en Capital. Es decir, una reforma que reducía a menos de la mitad las especialidades que existen en artísticas, técnicas, comerciales, entre otras”, relata Coria.
Esto se venía aplicando desde hace unos años antes, en lo que se denominó la Nueva Escuela Secundaria (NES) y en 2015 tomó el nombre de Secundaria del Futuro. El plan comenzó en algunas escuelas piloto y fue por eso que empezaron a generarse tomas de treinta escuelas. “Con Mariano empezamos a pensar cuál era la representación, cuál era el imaginario colectivo que se tenía de estas juventudes que pensaban la educación pública, que eran sujetos políticos y sociales que tenían un sentido crítico pero que en la representación tanto cinematográfica como de los medios de comunicación no tenían ese espacio que creemos que es importante de recuperarlo nosotros como cineastas”, explica Coria.
Cantar por amor al arte
A los 80 años, después de una vida como maestra, Nidia empieza a estudiar canto y de la mano de Juan Villarreal de 36 años, a quien conquista con su carisma, empieza a transitar por distintos boliches porteños. Vive y canta con una intensidad que moviliza a todo el que la conoce. Esta historia es la que refleja Amar amando, de Yael Szmulewicz. “Amar amando surgió a partir de que conocí a Nidia y Juan, hace muchos años. La escuché cantar y me enamoré perdidamente de lo que pasa con ella, con la gente que la escucha, con el público, con su repertorio”, recuerda la directora, quien agrega que, en principio, pensaban hacer juntas unos videos y finalmente terminaron haciendo una película.
Amar amando es una película que descree de los límites que la sociedad capitalista tiende a imponerles a los adultos mayores, como si no pudieran tener proyectos con el paso de los años. “Es la demostración de que es todo lo opuesto. Es como un paradigma raro, que a determinada edad dejamos de servir para determinadas cosas, algo que falaz, es mentira, no pasa eso. Ella empezó a cantar a los 80 años. Es la mejor demostración de que todo se puede hacer en el momento en que uno necesita y desea hacerlo. Ese es el motivo y el fin de la película. Cada vez que la proyecto, la gente sale con energía y con muchas ganas de llevar adelante los deseos. Para mí esa es la magia que tiene esta peli”, reconoce la cineasta.
Mecánica socialista
Mandy, un joven de 20 años que vive en las afueras de la Habana, sueña con convertirse en el mejor mecánico de Harley. Ha aprendido todos los secretos para mantener rodando estas máquinas junto a José Sobrino, su padrastro. Sobrino es una leyenda viva de la mecánica y dueño del mejor taller de Harley-Davidson de toda Cuba. Ellos son los protagonistas de Harley a la cuba, de Fito Pochat. “Empecé a ir a Cuba haca unos diez años, y siempre me pareció difícil tratar de encajar a Cuba y a su gente con los parámetros que uno trae. Cuando vi el mundo de las motos y de las Harley-Davidson, me pareció una cosa extraordinaria e interesante para contar un poco la Cuba que yo veía”, señala Pochat.
Fue así que conoció al joven cubano Mandy, que se dedica a la mecánica. Las motos que arregla son anteriores a 1959; es decir, de antes de la Revolución. Y él no tiene accesos a los repuestos, lo va resolviendo con lo que puede. Resulta muy interesante observar cómo adapta, por ejemplo, las ruedas de un cañón ruso para las motos. “Armé esta película también para contar la gente de Cuba, su música, los paisajes, pero sobre todo cómo se las arreglan para resolver los problemas que les trae la mala situación económica y el bloqueo. Siempre encuentran una manera a la cubana para arreglar sus problemas”, sostiene Pochat. El film también le permite al director contar a partir de un personaje determinado cosas que él piensa de la isla. “Sobre todo, que son los cubanos que eligieron quedarse. Incluso, muchos de ellos, teniendo la posibilidad de irse, eligieron una forma de vida que es distinta y que disfrutan mucho, a pesar de todos los obstáculos que se les presentan. Es una película alegre, que habla sobre el amor, la pasión, la música, los colores y los paisajes. Una Cuba un poco corrida del estricto análisis político, que siempre está involucrado, pero un poco corrido de ese lugar”, asegura Pochat.
Otros documentales
El director Nicolás Prividera presentará Adiós a la memoria. El film es sobre un padre que ha perdido la memoria, mientras en su país se impone un gobierno que propone el olvido. Y sobre un hijo que bucea en las películas familiares que filmó su padre, buscando los rastros de su propia memoria. Y entre ambos, el recuerdo imposible de la madre desaparecida.
Otro de los documentales de la Semana de ADN es Tarará, de Ernesto Fontan: Alexandr y Vladimir, dos niños ucranianos que sufrieron la radiación por la explosión de la central nuclear de Chernobil, viajan miles de kilómetros de su hogar para sanarse. Junto a otros 26 mil niños, también afectados por la radiación, llegan a la ciudad de Tarará, en Cuba, donde se organiza un programa de recuperación integral para las víctimas. A través de los protagonistas de este programa inédito se reconstruye una apasionante historia.
También se presentará Tres cosas básicas, de Francisco Matiozzi Molinas. En 1978, el militante Tulio Valenzuela fue secuestrado en la Argentina, junto a su compañera Raquel -embarazada- y su pequeño hijo. En ese momento, el General Galtieri le propuso salvar sus vidas a cambio de viajar a México y entregar a la cúpula de Montoneros. En ciudad de México, Tulio se fugó y denunció a los militares argentinos. Pero sabía que con ese hecho, Raquel tendría un final trágico. Tres cosas básicas es también un thriller político de amor y venganza sobre la etapa más nefasta de la Argentina, la de los genocidas en el poder.