"Este tribunal tuvo por acreditadas las secuencias, vejámenes, amenazas, violencias, tormentos y metodologías utilizadas para someter, quebrar, despersonalizar y dominar psíquicamente a María Eugenia; para vulnerar y desarticular su autodeterminación". La afirmación se desprende de los fundamentos expresados por los jueces que condenaron a 26 años de prisión al mecánico Oscar Racco, por los delitos de privación de la libertad, reducción a la servidumbre y abuso sexual agravado cometidos durante 23 años contra la mujer que pudo escapar del calvario en mayo de 2019. El tribunal integrado por Nicolás Vico Gimena, Rafael Coria y Nicolás Foppiani valoró en detalle, a lo largo de 75 fojas, testimonios y elementos de prueba ventilados en el debate oral. "Violencia machista extrema", "irrupción devastadora en la vida de la víctima", "perversidad", "dominación", "cosificación", son algunas de las palabras y frases que se destacan del fallo. Los jueces consideraron que "el calvario al que fue sometida María Eugenia en estos primeros años sólo tiene parangón con los testimonios de víctimas del terrorismo de estado glosados en el Nunca Más".
Al hacer el paralelismo con lo sufrido por las víctimas de la última dictadura cívico, militar, eclesiástica, detalleron que "fue encerrada con llave en un cuarto, encadenada, sometida a palizas permanentes, desnudez forzada, afeitado de cabeza, violencia verbal, obligada a orinar en un tarro" y que esas acciones tuvieron un efecto duradero en ella: "La víctima manifestó que su terror fue tal que pasaba horas sin moverse del miedo".
El testimonio de María Eugenia fue considerado por los jueces como un "sólido pilar", sumado a otras declaraciones que dieron cuenta del perfil del agresor y contribuyeron a caracterizar la situación de "dominación". En ese sentido, recordaron que expuso "tramos de su vida indudablemente signados por un terror que resulta difícil imaginar". Además del relato de familiares y allagados a la víctima, destacaron testimonios de otras mujeres que "sirvieron no sólo para confirmar el perfil del imputado como especialmente violento con las mujeres a las que pretendía someter, sino también para corroborar que mantenía a María Eugenia bajo un régimen de dominación caracterizado por la humillación y cosificación", expresaron sobre el calvario de la mujer que desde los 19 años fue víctima de sometimientos y amenazas, en una casa de calle Santiago al 3500, donde Racco ejerció "una degradación tan infame que cuesta describir"; y sobre quien generó una "aniquilación de identidad".
Según corroboraron sobre la acusación que hizo la fiscal Luciana Vallarella, Racco comenzó una relación con la joven --16 años menor que él-- y desde el inicio la sometió a un "obsesivo control". Para el tribunal, los testimonios dieron cuenta de que la voluntad de María Eugenia estuvo "anulada por la sistemática y persistente violencia física y psicológica de Racco, quien exitosamente plantó el germen de la dominación, valiéndose del punto más débil de la víctima: su pequeño hijo Facundo --que tenía dos años-- y su familia". La amenazaba con dañarlos si ella se iba de la casa donde la encerró, durante los primeros años, con ataduras y candados.
También valoraron el testimonio de profesionales en relación a que "no hacía falta que Racco mantuviera encadenamientos físicos, porque el candado más efectivo estaba ceñido sobre la capacidad de autodeterminación (de María Eugenia), de una manera tan profunda que no podía permitirse siquiera pedir ayuda".
Al analizar el perfil del acusado, el tribunal mencionó los testimonios y pruebas en relación a que tenía armas; y descartaron el "complot" planteado por Racco en su defensa. "Sus dichos parecieron más orientados a profundizar el daño infligido a la víctima y a su familia", dijeron.
El tribunal consideró probado el delito de reducción a la servidumbre. También hizo un apartado sobre los "atentados contra la integridad sexual" a María Eugenia. Testimonios de profesionales dieron cuenta de lo "dificultoso que fue para ella poner en palabras --en los primeros momentos después de escapar--, el tenor de las agresiones sexuales" que padeció durante 23 años. Ella misma, recuerda el fallo, "explicó que no fue fácil contar los abusos; que se sintió desnuda".