Finalmente, y como habían adelantado las autoridades del Arzobispado de Salta, el Comité Operativo de Emergencia dio luz verde a la posibilidad de realizar la tradicional procesión del Milagro el próximo 15 de septiembre, aunque será sin peregrinos y con corralitos de hasta 150 personas por cuadra, lo que ya generó ruido y temor en algunos referentes sanitarios por la posibilidad de que se desborde la asistencia.

En la mañana de ayer, tras una reunión que mantuvieron en la misma Catedral salteña y de la que participaron el arzobispo Mario Cargnello, el presidente del COE y ministro de Salud, Juan José Estaban, y el vocero del Arzobispado, Daniel Ochoa, realizaron una conferencia en la que adelantaron algunos detalles sobre la organización de los actos y las misas en honor al Señor y la Virgen del Milagro, actos que durante el 2020 se vieron limitados por la situación epidemiológica que atravesaba la provincia, cuando se encontraba sumergida en la primera ola de la pandemia de covid-19.

Ochoa detalló que el mismo 15 de septiembre se realizarán dos procesiones, en la primera las imágenes peregrinas serán llevadas en recorrida por algunos barrios y puntos estratégicos de la ciudad. No serán las originales, aclaró el vocero, por la fragilidad de su estructura, por lo que prefieren no exponerlas demasiado.

Mientras que alrededor de las 16 saldrán estas imágenes del Señor y la Virgen para ser llevadas en su recorrido habitual desde la Catedral hasta el Monumento 20 de Febrero. Pasarán por la calle España, subiendo por Zuviría hasta la avenida Belgrano, luego seguirán por la avenida Sarmiento hasta el Monumento.

En ese marco, el vocero subrayó que el paso de las imágenes va a ser acompañado solamente por los encargados de ir empujando las cureñas. “Es un grupo de la Catedral que se llama Hermandad del Milagro, va a ir el señor arzobispo y algunos sacerdotes atrás de cada imagen”, dijo.

Con respecto al miedo a los desbordes, el representante del Arzobispado pidió a la ciudadanía que esta vez se respeten las medidas adoptadas “para poder tener una procesión en paz”. “Tenemos un mes para pedirle a la gente que tomemos conciencia y respetar las medidas, para no tener que echar para atrás como sucedió el año pasado”, resaltó. El temor a que haya aglomeraciones se basa en el antecedente sucedido a finales de agosto del año pasado en Orán, durante la procesión de su santo patrono, San Ramón Nonato, cuando el obispo de aquella localidad, Luis Scozzina, ordenó que su figura recorra el pueblo en una camioneta de los bomberos y la gente salió a las calles masivamente sin respetar protocolos ni distanciamiento.

El funcionario eclesiástico aclaró que aún no está totalmente definido el cronograma y los horarios, pero eso sería en principio lo estipulado entre la Iglesia y el COE.

Sólo pacto de fidelidad

En tanto, Juan José Esteban contó que el lugar donde se realizan los actos centrales, en el Monumento 20 de Febrero, tendrá un aforo para 50 personas, en su mayoría funcionarios y miembros de la Curia, “de manera tal de que se haga el pacto de fidelidad y vuelvan a la Catedral sin misa ni otro tipo de acto”.

Por otro lado, contó que la decisión de la Policía es que las imágenes peregrinas de la Virgen y el Señor del Milagro peregrinen por los barrios horas antes de que las imágenes centrales lo hagan por el centro de la ciudad, “y de esa manera que todas las parroquias puedan organizarse para poder observarlas pasar”.

El titular de la cartera de Salud detalló que ese recorrido incluirá los principales hospitales y las iglesias de prácticamente toda el área. Se prevé que el recorrido de las imágenes por la periferia de la ciudad abarcará unos 45 kilómetros.

Sobre ambos eventos Esteban afirmó que no podrá haber más de 150 personas por cuadra, con burbujas controladas por la policía en una sola zona de acceso. Y si bien no será condición obligatoria para su acceso, recomendó a todos los que quieran participar tener aplicadas al menos una de las dosis de las vacunas contra el coronavirus.

También subrayó que parroquias barriales tendrán “una participación muy importante, para que los peregrinos no pongan en riesgo a la comunidad”. “Estamos haciendo esto porque la situación epidemiológica lo permite, creo en el salteño y creo que la gente tomó conciencia”, agregó el ministro a la vez que informó que se optó por flexibilizar porque “ha bajado muchísimo el estrés de los equipos de salud y de las camas utilizadas” en los nosocomios. También destacó que otros eventos de esa magnitud ya salieron bien, como el del escrutinio del domingo 15, el desfile gaucho en conmemoración por el bicentenario de la muerte del general Güemes y el recibimiento de la leona Valentina Raposo.

“Si nosotros hacemos las cosas bien, difundimos e informamos, la comunidad va a acatar, porque el hondo sentir que tiene el salteño con la procesión, tiene que ser responsable”, acotó. Pero aseguró categóricamente que no se permitirán los peregrinos, a quienes los alentó a que “trabajen con y para su comunidad” en su territorio.

Triduo

Ochoa contó que el rezo de la novena del 6 al 14 septiembre será, hasta el momento, con la celebración de la misa con aforo reducido, “con burbujas como las que usamos en la entronización, la burbuja dentro del templo con 230 personas, con 50 en el patio lateral y 100 sobre la calle España”.

El Triduo se realizaría con sus respectivas misas desde las 10 de la mañana durante los tres días, 13, 14 y 15. Aunque el vocero resaltó que si bien allí se recibía habitualmente a los peregrinos, “este año no sucederá para evitar aglomeraciones”. “Pero se realizarán las novenas y las misas”, puntualizó.

El 15 por la mañana será la misa estacional, y por la tarde serán los dos eventos, el de las imágenes peregrinas, que se encuentran en el atrio de la Catedral, partirá a eso de las 13 y recorrerá algunos barrios de la ciudad en camionetas. Pero no se permitirán caravanas ni personas siguiéndolas. “La gente va a tener que esperar en las puertas de sus casas, ya daremos bien cuál será el recorrido”, sostuvo Ochoa.