En 1995, Buenos Aires recibía por primera vez a la legendaria banda británica Rolling Stones. Su paso por la ciudad, sin embargo, trascendió los escenarios y se convirtió en un fenómeno mediático que incluyó incluso un encuentro en la Quinta de Olivos con el entonces presidente de Argentina, Carlos Saúl Menem. Las crónicas de la época recuerdan a Charlie Watts --quien falleció este martes a sus 80 años-- visitando haras en busca de caballos de polo y tanguerías en San Telmo.
La gira de los Stones a Latinoamérica fue anunciada el 3 de mayo de 1994 en una conferencia de prensa que la banda hizo desde Londres. La venta de entradas, que en Argentina se abrió en octubre de 1994, generó una gran movilización, con personas acampando en la puerta de River desde varias noches antes.
El 5 de febrero, finalmente, la banda llegó a Buenos Aires. El Mercedes Benz que transportaba a Mick Jagger desde Ezeiza hacia el hotel empezó a temblar, zarandeado por los fans al grito de "Oh vamo’ los Stones". Esa fue la primera muestra del ritmo que tendría el resto de la estadía en el país: el martes 7 Jagger se escapó del hotel tapado como un bulto en un Peugeot 505, tomó un té en La Biela, el mítico bar del barrio porteño de Recoleta, y visitó la Iglesia del Pilar.
Hasta el primer show, que se concretó el 9 de febrero, el resto de los integrantes de la banda encontró sus propias maneras de disfrutar la ciudad: Ronnie Wood se dedicó a pintar y a dibujar; Keith Richards fue capturado por paparazzis tomando sol, bebiendo champagne y jugando con una navaja en el balcón de su habitación; y Charlie Watts visitó haras en busca de caballos de polo y tanguerías en San Telmo.
En su estadía en Buenos Aires, la banda también fue invitada a una recepción en la embajada británica, ya que el embajador en Argentina, Sir Peter Hall, era "un fan de los Stones apasionado", según recuerda Rupert Loewenstein, quien llevaba las cuentas de la banda, en su libro A Prince Among Stones.
En la recepción estaba Juan Bautista "Tata" Yofre, escritor y por entonces asesor del presidente Carlos Menem. Al día siguiente del evento, Yofre se sentó delante de Menem, en su despacho de la Casa Rosada, y le dijo: "Mirá, Carlos, están los Rolling en Argentina y vienen amparados por la Corona Británica. Van a hacer cinco recitales en River, son 300 mil chicos: los necesito para la campaña electoral". "¡Pero qué bárbaro, Tata!", le respondió el presidente. "Hablame más de los Rolling...".
El día que los Rolling Stones visitaron la Quinta de Olivos
Días más tarde, los Stones fueron recibidos en Olivos por Menem, quien los hizo pasar tras un "Follow me". Al encuentro, que tuvo como menú pizza y champagne, asistieron también funcionarios y familiares que deseaban ver de cerca a Jagger, Richards, Wood y Watts. Tras contarle sus diversas hazañas deportivas, el entonces presidente los despidió regalándoles cajas de habanos cubanos que le enviaba directamente Fidel Castro.
Luego de la reunión, el Diario Crónica publicó una nota que describía lo ocurrido como una “Guarenguería pirata con investidura presidencial". "El actual presidente recibió en Olivos al cuarteto de piratas ingleses Rolling Stones (confesos drogadictos entre otras cosas)”, decía el artículo, en el que los integrantes de la banda eran calificados como "decadentes filibusteros casi sexagenarios”.
Algunas figuras del rock también mostraron sus reparos frente a la llegada de la banda. Gustavo Cerati dijo: “durante estos días traté de irme bien lejos. Ellos son indiscutiblemente los grandes monarcas del rock and roll (de goma) en términos de referencia, vigencia e insistencia”. Chizzo, de La Renga, contó: “tuve otras prioridades. No son mi banda de cabecera”. Skay, en tanto, afirmó: “Todo me pareció un gran circo y quedó claro cómo el poder de la prensa trastocó música en jingles y cultura en slogans. Los Rolling Stones aparecieron hasta en la Para Ti”. María Elena Walsh también se pronunció entonces sobre la gira: “Me importan tres pepinos. Sé lo que hacen pero la contestación es que me importan tres pepinos. Y es una respuesta profunda”.